Debo reconocer que ayer cuando colgué una foto de la que iba a ser mi nuevo centro, me di cuenta de lo feo que es. Nuevo porque, aunque me lo hubieran dado hace un par de cursos en el concurso de traslados, todavía no lo he pisado porque llevo tres cursos fuera del aula. Pero vayamos a lo importante… es un centro educativo muy feo. Centro educativo que sigue un modelo industrial, parco de verdes (no sé en qué momento se decidió que el cemento era maravilloso en los patios, aunque reconozco que es mucho más fácil de mantener) y siguiendo un modelo de ladrillos que, curiosamente, sigue siendo el mayoritario en la mayoría de centros nuevos.

Reconozco que lo de la moda de cambiar el mobiliario para poner sillas con palas y ruedas es algo con lo que soy muy crítico. No obstante lo anterior, reconozco que el modelo de construcción educativo es más parecido al carcelario que a un lugar al que dé gusto ir. Incluso los centros educativos que se hallan en zonas de montaña, se alejan del modelo urbanístico del entorno. Lo digo por experiencia y conocimiento de los mismos. Siguen siendo igual de feos. Además, no sé tampoco el motivo por el que, o bien son de ladrillo la mayoría o bien se pintan externamente de colores oscuros. A ver, una pintura blanca ayudaría. Incluso el ladrillo si dista de ese anaranjado típico, también.

El problema es que, en ocasiones, hay algún ayuntamiento o administración que opta por hacer un concurso para diseñar nuevos centros educativos. Y la verdad es que sobre el plano y en el modelado 3D que te enseñan, todo queda muy bonito. El problema, como sucedió en uno que conozco es que, al final el diseño ha hecho que el centro sea un auténtico caos, con pasillos enormes, con aulas muy pequeñas y con una configuración que ríete de los laberintos mitológicos. Allí es imposible de encontrar nada. No digo ya la cantidad de deporte que tienes que hacer para pasar de dar Tecnología en primero de ESO A a segundo de ESO C. Sí, muy bonito pero poco útil.

No entiendo que, seguramente por el mismo dinero, nadie se plantee dar un giro en el modelo de construcción de centros educativos. Pero, por favor, si se hace que no se obvie lo principal: la utilidad y la gestión de espacios interiores porque, al final, todos sabemos qué pasa si solo se mira un aspecto del asunto.

Nada, unas reflexiones matutinas para deciros que, aunque hayamos salido de la industrialización de mediados de los XX, seguimos teniendo edificios demasiado basados en colores muy opacos y cemento. Por cierto, nada que ver este discurso diciendo lo feos que son la práctica totalidad de centros educativos de nuestro país con preferir bonito a útil. Eso sí, ¿por qué no podemos tener centros bonitos y útiles en su distribución de espacios? Creo que no sería tan complicado, aparte de contar con los arquitectos en caso de las nuevas construcciones, contar con algún docente que dé clase. Es solo una propuesta… ya que dentro de los centros educativos hay gente y se hacen cosas maravillosas. Y necesitan algo acorde con ello.


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