Por lo visto X ha vuelto a recuperar el antiguo logotipo del pajarito azul. Y ello me lleva a pensar acerca de lo que sucede en el ámbito educativo y la cantidad de cosas que se han probado que, por desgracia, jamás han afectado positivamente al aprendizaje del alumnado. Me estoy refiriendo a todas aquellas normativas, metodologías o proyectos educativos que, una vez aplicados en el aula, no han servido para nada y que, en ocasiones, han sido totalmente contraproducentes. Lo sé y lo siento. Pienso por encima de mis posibilidades.

No pasa nada si algo no funciona en educación. No pasa nada si aplicamos una determinada metodología, usamos una determinada herramienta o, simplemente, realizamos un abordaje incorrecto en ciertas cosas. Todos nos podemos equivocar. Todos se pueden equivocar. Todos tenemos ese derecho. Eso sí, lo importante es no insistir en aquello que no funciona y achacar esa falta de correcto funcionamiento a causas más allá de las que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

A mí nunca me ha preocupado que se haya intentado introducir un determinado modelo para enseñar, por ejemplo, matemáticas. No me preocupa que alguien intente usar el método A, B o C. No me preocupa que alguien, por creer que le va a funcionar, use cualquiera de los anteriores. Lo que sí que me preocupa es que, habiendo suficientes investigaciones y evidencias, en ocasiones, más de cosas que no funcionan que de cosas que sí que lo hacen, que se insista en el error. Y que, algunos justifiquen que ciertas cosas no funcionan porque NADIE sabe aplicarlas bien en el aula. Si algo no funciona es que no funciona. E incluso que fuera cierto que no funciona porque TODO el profesorado no sabe aplicarlo (cosa que, como bien podréis deducir, las posibilidades de que sucedan son bajas), pues no pasa nada… no funciona por ese motivo y ya es un motivo suficiente para dejar de insistir en ello.

Hay cambios (no solo) en el ámbito educativo que deben hacerse para mejorar, tanto el sistema educativo como, lo que es más importante, el aprendizaje de nuestro alumnado. Eso sí, no todo debe cambiarse. Los elefantes en una cacharrería acaban destruyendo más que solucionando los problemas. Lo importante es saber que si algo funciona, lo que debe hacerse es trabajar en su mejora y no cambiarlo por algo que «no sabemos si va a funcionar». Lo importante es reconocer que si algo no funciona, es imprescindible, en lugar de seguir insistiendo en eso que no va a funcionar, cambiarlo. Algo que, al final, es la clave de todo. Un todo que va mucho más allá de la educación y que puede ser extrapolable a todos los ámbitos de la vida.

Voy a por mi segundo café del día. Eso sí, antes de ir a por él, no me gustaría dejar de agradecer hoy, de forma especial, a todos los que trabajan, directa o indirectamente, aportando siempre, en la mejora del aprendizaje del alumnado. Ellos, a la postre, son la clave de todo. Y, cómo no, a aquellos que saben que la paella siempre lleva conejo y jamás se le debe poner chorizo porque, al final, ese chorizo sabemos todos que no ha acabado nunca de funcionar en la mezcla.

Nada. No me hagáis mucho caso. Eso sí, antes de insistir en algo que sabéis que no ha funcionado (no solo en el ámbito educativo), intentad darle una vuelta. O dos.

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