Hace un par de días se ha conocido la sentencia del TSJV a un grupo de docentes de la Asociación OCRE que, de forma coordinada, recurrió la obligatoriedad de los ámbitos y de la materia Proyecto Interdisciplinar en la Comunidad Valenciana. Una sentencia que, como explican en su página web (enlace) tiene, además de fallar en favor de los demandantes, determinadas cuestiones de fondo entre las que se incluyen el principio de especialidad.
Desde que la sentencia se ha conocido, ha habido un grupo de personajes, un determinado colectivo (al que, curiosamente, pertenecen algunos de los anteriores), una asociación y un medio de comunicación que, de forma machacona, claman contra la misma. Dicen que esto es lo peor que le ha podido pasar a la educación. Que volvemos al franquismo ideológico. Que esto va en contra de la concepción educativa, comprensiva e inclusiva, que debería regir en el siglo XXI.
Pues bien, yo sigo sin ver el problema de que un Claustro, formado por profesionales de la educación, decida libremente si agrupar determinadas materias en ámbitos. No entiendo qué hay de malo en no obligar a trabajar así y dejar a los que saben, y saben qué necesidades tiene su centro educativo, tomar determinadas decisiones al nivel de concreción que permite la normativa. Para mí siempre ha sido clave contar con la gente que sabe. Y prefiero que gestione un centro educativo gente que sabe que gente que, por mucho que sepa de otras cosas, no tiene demasiada idea de lo que sucede en los centros educativos. Por cierto, la sentencia no prohíbe agrupar materias en ámbitos. Lo que sí que fundamenta es que, en caso de dar ámbitos, deben haber en los mismos especialistas, con la debida cualificación profesional, que los impartan.
Así pues, aquí viene la segunda pregunta a los que están encontrando pegas a lo anterior. ¿Qué problema hay en tener especialistas dando clase? ¿Qué problema hay con tener al profesor de Matemáticas dando Matemáticas y al de Biología dando Biología? ¿Qué problema hay con tener al especialista en Geografía e Historia dando la materia de Geografía e Historia? ¿Qué problema hay con tener al de Latín dando Latín? ¿O al de Educación Física dando Educación Física? Es que yo no le veo ningún problema. No veo ningún problema en tener a los que más saben de lo suyo dando lo que saben. Un detalle, que nadie me venga con el típico mantra de que hay especialistas que no saben dar clase. Para saber dar clase se debe saber de qué dar clase. Y se debe saber lo máximo posible. Saber más de algo nunca está de más.
Y, finalmente, la última pregunta. ¿Realmente alguien ve un problema en que el alumnado decida libremente, asesorado por los profesionales (léase docentes), qué optativas quiere dar? ¿Qué hay de malo en ofrecer como optativa una materia de Proyecto Interdisciplinar en una franja más amplia de optativas? Un detalle, ¿no hablamos siempre de racionalizar el horario lectivo del alumnado? Pues la reducción de la carga lectiva semanal es algo positivo. Algo que, curiosamente, siempre hacen en las redes o en los medios los que tanto critican esta sentencia. ¿Por qué ahora no les vale lo de la reducción de esa carga lectiva ni la posibilidad de que el alumnado gestione las optativas? No me lo explico.
Desde aquí os pido a esos que veis totalmente negativa esta sentencia para el aprendizaje del alumnado que me digáis, huyendo de ese eslogan facilón que siempre usáis, por qué veis mal que las decisiones metodológicas se tomen desde los centros educativos, que los docentes sean especialistas de lo suyo o que se dé posibilidad, asesorando al alumnado, para establecer determinados aprendizajes específicos, mediante una fracción horaria de optativas, en función de sus necesidades. Espero, con ansia, vuestra respuesta.
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Totalmente de acuerdo, como siempre. Además, para los críticos, es lo que dice la LOMLOE, de ahí la sentencia