Cadáveres. Muchos cadáveres. Ni los huesos han quedado de cientos, más bien miles, de soluciones educativas que iban a cambiarlo todo. Nada ha cambiado pero muchos se lucraron y se lucran en el camino. Otros tuvieron ilusiones y, finalmente, algunos consiguieron irse del despropósito mientras otros se iban adaptando a modas cada vez más retro. Los cadáveres se levantan. Los muertos reviven. La memoria y las hemerotecas se obvian. Los nuevos términos se acuñan. Y nadie recuerda. Nadie quiere recordar. Nadie quiere bucear en esos fiascos, soluciones o, simplemente, discursos que antaño se dieron. O discursos que se repiten más que el ajo.
Ten un proyector de transparencias retroiluminado para dominar el mundo. Reformúlalo en una PDI o un proyector de alguna de esas marcas que vende El Corte Inglés para pasar el típico PowerPoint que, en la mayoría ocasiones, ni tan solo has hecho tú. Vive de darlo de siempre diciendo que haces otra cosa que nada tiene que ver. Y mezcla colores para realizar aberraciones cromáticas. Cuadros de Matisse en formato 2.0. Recupérate del mareo que tuviste con Prezi que llevo a agotar la biodramina en todas las farmacias. Ahora ten un orgasmo con Genially. Mañana, quizás con la app que se ha inventado la vecina del quinto.
Crea tu curso en Moodle o Classroom. Certifícate por Galerías Preciados. Si ha desaparecido, hazlo por CaixaBank o alguno de esos bancos que se hallan en las Islas Caimán. Invéntate las evidencias. Crea mundos paralelos en las redes. Sal en la típica foto mostrando el perfil en el que te ves mejor. Ponte de perfil en lo realmente importante. Sigue jugando a tus juegos. Vive de experiencias multisensoriales a base de café, copa y puro. Si te llega el presupuesto, ponte hasta el culo de gintonics. Prohíbete la perfección. Impide la satisfacción de ser feliz. Las risas que se están echando algunos al ver que tu sales de tu zona de confort mientras ellos solo la expanden. Vive la diferencia. Genera empatía. Pasa por la ducha. Usa el desodorante en unas axilas cada vez más peludas mientras la alopecia entra galopante en tu vida. Vive. Sueña. Transmite. No transmitas. Cómprate un móvil a mil euros. Usa Ipads. Ahora toca Chromebooks. In memoriam de todo lo anterior y mucho más.
Flippea tu clase. ABPa con amigos. Genera ese PLE plagado de tipos con los que mamás te tomarías una horchata. Sé competente en herramientas. Permite que esas herramientas gobiernen tu vida. Lame a sus creadores. Fornicia con los que lleven camisetas molonas para hacerles publicidad. Sé embajador de algo. Usa excusas. Muchas excusas. Di no a la evidencia no vaya a ser que te estropee esa noche de verano. Despertarse no es lo mismo que soñar. El confort no es lo mismo que el alcanfor.
Lucha, cree, pierde. Pierde batallas. Pierde la guerra. Busca ayuda. Bueno, no la busques en los cursos de formación. Cae en manos de sectas. Reza. Bueno, no reces. Haz lo que quieras. Añora todo aquello que manipulabas cuando eras joven. Recuerdos edulcorados. Verdades a medias. Tipos con levita. Bancos a la caza del incauto infante. Pereza.
Da tus datos. Pierde tu vida. Vive por otros. Publícalo todo en las redes sociales. Pinta un cuesco. Cede tu intimidad. Intimida al abusón. Juega. Sigue jugando. No toca. Sigue currando. Curra. Jubílate. Llega tu hora. Dejas poco salvo recuerdos. Recuerdos de lo que fuiste.
Todo pasa. Todo se olvida. El mundo sigue girando. Tú ya no estás. Los inventos desaparecen. Los personajes cambian. Todos son cada vez más jóvenes. Lo importante es no decir ni hacer. Vive y deja vivir. Sigue recordando. No pierdas el camino. Oye cantos de sirena. Ponte tapones. Navega. Choca con un iceberg. Húndete. Bueno, no lo hagas. Es tu vida. Decide. Piensa en lo importante. Haz lo que sea mejor para ti y los tuyos. Eres libre. O quizás no. Publicidad. Cadenas. Redes que acercan. Redes que alejan.
In memoriam de todo aquello que fuimos, somos y seremos. Mientras tanto seguiremos dejando cadáveres por el camino.
Ligera adaptación del epílogo del libro Eduentertainment, que junto con Educative Innovéision son mis dos despropósitos literarios (mal redactados, incoherentes y dignos de olvido) publicados con mi nombre, en los que digo muchas tonterías acerca de temas educativos.
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