El enfoque Montessori representa un método (o modelo, según algunas fuentes) educativo que se centra en el respeto y la independencia del alumnado. Su origen remonta a principios del siglo XX en Italia, siendo desarrollado por Maria Montessori. Un detalle que conviene remarcar es su formación en Medicina y un posterior doctorado en Filosofía. No era maestra, ni tenía ningún título relacionado con la educación.
Cabe recordar también que, para experimentar su método/modelo, lo hizo con alumnado que tenía determinadas discapacidades y se encontraban en un orfanato, más por falta de ser reclamados por sus familias que por no tenerlas. Y, cuando hubo hecho esas pruebas, ya empezando a ser conocida, se le entregó la dirección de la Casa de los Niños. Una escuela inaugurada el 6 de enero de 1907. Dicha escuela resolvía problemas sociales y pedagógicos, ya que en esa Casa estaba «reservada únicamente a los niños del edificio que no habían alcanzado la edad escolar, y así las madres obreras podían dejar a sus hijos bien cuidados y educados, descargando así a la madre de un trabajo suplementario y de preocupaciones».
Ya sabemos un poco de María Montessori pero, lo importante es qué características tiene su método/modelo:
- Entorno Preparado: Los salones Montessori son meticulosamente diseñados para ser acogedores y asequibles para los niños. Los materiales están dispuestos en estanterías bajas y organizadas para facilitar el acceso de los niños.
- Materiales Educativos Específicos: Los recursos Montessori son tangibles y auto-correctivos. Están concebidos para que los niños puedan explorar y aprender de manera autónoma. Cada material se enfoca en un concepto particular, como contar, leer o medir.
- Corrección Propia y Autonomía: Los recursos están estructurados de manera que los niños puedan identificar y solucionar sus propios errores, impulsando así la autonomía y autoevaluación.
- Elección Libre: Los niños tienen la libertad de seleccionar la actividad que deseen según sus intereses. Esto fomenta una implicación más profunda y significativa en su proceso de aprendizaje.
- Aprendizaje Personalizado: Los docentes observan a cada niño para entender sus necesidades y ritmos de aprendizaje. Así pueden ofrecer un respaldo adaptado y ajustar el entorno y los recursos según corresponda.
- Educación Sensorial: El método Montessori valora mucho el uso de los sentidos en el aprendizaje. Los recursos sensoriales ayudan a los niños a comprender conceptos abstractos mediante experiencias prácticas.
- Períodos Sensibles: Montessori identificó ciertos momentos sensibles en el desarrollo infantil en los que están especialmente receptivos para adquirir habilidades específicas. El método aprovecha estos períodos para una enseñanza más efectiva.
- Educador como Facilitador: Los profesores Montessori no son los protagonistas en el aula, sino que actúan como facilitadores o guías. Observan, orientan y respaldan el proceso de aprendizaje de cada niño.
- Educación para la Vida: El propósito del método Montessori trasciende el conocimiento académico. Busca cultivar destrezas prácticas, como independencia, colaboración, responsabilidad y respeto.
- Respeto por el Niño: En esencia, el método Montessori se basa en un profundo respeto por el niño como ser individual y competente. Se reconoce su capacidad innata para aprender, y se les brinda el entorno y las herramientas apropiadas para hacerlo.
Ya vemos que se trata de un modelo rousseoniano, de libertad del alumnado para elegir qué y cuándo quiere aprender. Y que, además, atiende a períodos «sensibles» de tres años en los que el alumnado se agrupa: de 0 a 3 años, de 4 a 6 años, de 7 a 9 años, de 10 a 12 años, de 13 a 15 años y de 16 a 18 años. Hay un período sensible posterior que va hasta los 21 años pero, en el caso de nuestro país, las que se autodenominan Escuelas Montessori solo aplican el método hasta los 15 años.
Y, por cierto, otra curiosidad: hay dos modelos de Escuelas Montessori: las que se engloban bajo la asociación AMS (la más tradicional) y las que lo hacen bajo la AMI (la más moderna).
Pero bueno, ¿a qué venía todo lo anterior si lo que queréis saber es si funciona o no el método/modelo Montessori? Pues bien, la respuesta es que sí, con muchos matices.
Existe, publicado muy recientemente, en agosto de 2023, un riguroso metaanálisis de 32 estudios de más de 200 encontrados, con la comparación de los efectos que supone Montessori frente a otro tipo de método/modelo educativo, que permite hablar de los beneficios de Montessori frente a métodos/modelos tradicionales (enlace). Recordad que tradicional, en el caso que nos ocupa, se refiere más bien a estrategias de instrucción directa.
En el punto 6.1 del metaanálisis aparece la mejora en los resultados académicos y no académicos de los centros educativos que usan métodos/modelos Montessori. Nos encontramos con un efecto de 0.22 a nivel matemático y un 0.16 a nivel de alfabetización (que incluye lectoescritura y comprensión lectora). Los efectos son similares a los de las escuelas «de alta disciplina» americanas en los que estudia el alumnado de familias de nivel socioeconómico bajo. Eso sí, en este segundo caso los efectos se diluyen en muy poco tiempo y, en el caso de Montessori se mantienen a medio/largo plazo.
Donde sí que se nota un mayor efecto es en la función ejecutiva del alumnado que trabaja por Montessori, con un 0.36. Recordemos que las funciones ejecutivas son aquellas relacionadas con una mayor capacidad de memoria, de atención, de anticipación y de resolución de problemas. Tampoco es desdeñable la satisfacción del alumnado y su bienestar mientras estudia con el método/modelo Montessori, ya que nos indica un efecto de 0.41. También tiene efectos positivos a nivel social y de creatividad, siempre teniendo en cuenta la dificultad y la controversia de la medición de este último concepto.
En resumen:
- La educación Montessori produce efectos fuertes y claros sobre las matemáticas, las competencias en alfabetización y comprensión lectora, la capacidad académica general y la función ejecutiva.
- Los efectos de la educación Montessori en aspectos del bienestar, como la experiencia interna de la escuela, también fueron fuertes y parecían confiables.
- La educación Montessori también pareció afectar los estudios sociales, la ciencia, la creatividad y las habilidades sociales, pero estos efectos son menos claros y necesitan más estudio.
Así pues, parece claro que el método/modelo Montessori funciona. Eso sí, antes de acabar el post me gustaría dejar claras algunas cuestiones:
- No todas las escuelas que se autodenominan Montessori aplican el método/modelo Montessori.
- Se trata de una tipología de escuelas «caras» en las que el alumnado, en la actualidad, ya está filtrado, a diferencia de los lugares que dirigió María Montessori, por nivel socioeconómico y que, tal y como dicen en el metaanálisis, puede llevar a la confusión de los datos al no tenerse en cuenta.
- El método/modelo Montessori solo funciona en ambientes de trabajo de libertad del alumnado pero de ausencia total de disrupción.
- Las ratios en este tipo de método/modelo son muy reducidas y, por tanto, no pueden adaptarse a todo el modelo educativo de forma global, porque no existirían suficientes recursos para implantarlo.
Espero que os haya resultado de utilidad el post. A mí sí que me ha servido porque, como siempre he dicho, este blog aparte de ser mi bitácora personal, también es una especie de lugar de aprendizaje. Antes de escribir sobre algo necesito saber. Y ahora creo que sé un poquito más.
Bibliografía
2023). Montessori education’s impact on academic and nonacademic outcomes: A systematic review. Campbell Systematic Reviews, 19, e1330. https://doi.org/10.1002/cl2.1330
, , , , , , , , , & (Lo más importante del blog es que os paséis por aquí, pero si queréis colaborar en su mantenimiento o haceros mecenas del mismo…
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