Hay debates educativos de muy bajo nivel en los últimos días. Que si el máster del profesorado. Que si la necesidad de esforzarse o no para aprender. Que si la escuela no sirve de nada porque el alumnado ya viene marcado desde su nacimiento. Que si los pedagogos. Que si me pongo pantalón largo o corto para ir a trabajar. Que si Popper o Rousseau. Que si se puede insultar según a quién en función de su ideología. Es que hay debates muy poco importantes en educación. Al mismo nivel que el de determinados grupúsculos que se erigen en adalides de los derechos humanos y de la inclusión, siendo ellos los primeros que pisotean las posibilidades del alumnado y convierten la inclusión en un refrito de integración para que, satisfechos de la foto, puedan seguir viviendo de su discurso.
Pero bueno, como ya sabéis los que os pasáis por esta, vuestra casa, aquí solo se dan opiniones y reflexiones de calidad. De alta importancia y de rancio abolengo pedagógico. Por eso hoy toca abrir el gran melón educativo. Un melón al mismo nivel que el uso o no del boli rojo para corregir. La cantidad de mensajes en X entre personas aburridas y con tiempo que ha dado en los últimos años el asunto. Pero bueno, no nos descentremos. Hoy toca abrir el gran debate educativo: las pizarras y sus complementos.
¿Pizarra verde o negra? ¿Tiza blanca o mezclada con la de colores? ¿Tiza cuadrada o redonda? ¿De esa que desaparece antes de escribir la segunda fracción o el primer verso de Garcilaso o de esa que, debe estar hecha con un material extraterrestre, dura más que las pilas que se ponen al conejito ese que da la matraca hasta el infinito con su tambor?
¿O mejor pizarra blanca? ¿De esas en las que se dibuja con rotu? Unos rotus que, por cierto, son el material más extraviado de todos los centros educativos. No hay alumno disruptivo sin un par de cientos de esos en su mochila. Unos rotus que siempre hay algún compañero que acaba confundiendo con esos rotus indelebles que no hay manera de borrar. Hay rotus azules, negros, rojos y verdes. Incluso me han dicho que alguno ha visto de otros colores. Es el mercado, amigos. El mercado y las tintas.
Es que entre pizarra verde o negra y blanca no hay color. Bueno, sí. Hay tres colores: verde, negro y blanco.
¿Y si entramos en las pizarras digitales? ¿PDI o esas de las nuevas que parece que el párkinson se diluye a la hora de escribir? Lo sé. Dependerá del presupuesto. Eso sí, ya os digo yo que son muy gorrinas. Hay huellas del bocata de chorizo que se come a escondidas el de Educación Física hasta algún escupitajo de la de Inglés. Un inciso, si sois alumnos, jamás os pongáis en primera fila. Hay mucho docente con incapacidad de retener líquidos salivares.
Este es el debate del curso 2024-2025. Ni LOMLOE ni DUA. Lo importante es el color de la pizarra y sus complementos. Y hasta que nos demos cuenta de que nos desvían de lo importante con cosas tangenciales como las que os he dicho anteriormente o, por ejemplo, cuando nos dicen que la competencia en lectoescritura de nuestro alumnado cada vez es más baja, seguiremos cavando nuestra tumba educativa.
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Y yo que era de los de tiza sin polvo, de colores y con portatizas… Tecnología punta 😀
A mí los portatizas jamás me acabaron de dar el pego. 😉