Os confieso que no tengo ni idea de quién es el autor del siguiente gráfico molón titulado «12 modelos para la toma de decisiones». Bueno, hay una arroba seguida de un nombre debajo del análisis de pros y contras pero, sinceramente, me apetece entre poco y nada buscar la fuente original. Estoy de pereza extrema a estas horas y, sumado a la necesidad de ponerme a separar ropa blanca de ropa de color para empezar, como los ricos, mi sesión diaria de lavadora, os dejo a vosotros que la busquéis. Y si la encontráis, no dudéis de decirlo en los comentarios o en alguna de esas redes sociales donde publico estas cosas infames que escribo aquí.
La verdad es que podía haber escrito un artículo serio mencionando esas doce cosas pero, sinceramente, me apetece ser un poco creativo. Creativo, claro está, dentro de mis habilidades y posibilidades que, como sabréis, son pocas. Era más creativo de joven. Podía ser capaz de sobrevivir con quinientas pesetas a varios fines de semana. Bueno, no sé si era creatividad o que los precios eran más asequibles. Quién sabe.
Hoy os traigo un decálogo supermolón para tomar decisiones en el aula. Sé que si sois docentes, aunque el manual venga de un desertor de la craie, lo vais a agradecer. Por cierto, en francés mola mazo. Craie.
Así pues, voy a permitirme colgaros un decálogo para deciros cómo podéis tomar decisiones en vuestra aula. A mí alguna de ellas, adaptada a mis necesidades, me funcionó bien. Eso sí, permitidme que me ahorre especificaros cuál.
En primer lugar os recomiendo la ruleta de la suerte en versión educativa. ¿Por qué estresaros con decisiones cuando podéis dejarlas al azar? Instalad una ruleta en vuestra aula. ¿Qué tema tratar hoy? ¡La ruleta lo va a decidir! Pueden aprender acerca de la Revolución Francesa o acerca de cómo hacer un collar con macarrones. ¡Sorpresa! Un detalle, incentivar el juego está prohibido, pero a esto lo podéis llamar gamificación y ya estaréis cubiertos pedagógicamente.
Seguramente en vuestra aula tendréis post-its. ¿Qué os parecería acudir al oráculo de los post-its? Cogéis diferentes post-its y los pegáis por toda la clase. Cuando necesitéis decidir algo cogéis al Izan, a Carmen o a Petrova, les cerráis los ojos y hacéis que vayan por toda la clase guiados por sus compañeros. El post-it que toquen será la decisión. ¿Necesitáis cambiar de actividad? Otro post-it. A ver si no.
Consultar a los expertos es sano. Ya que, seguramente, no tendréis a un pedagogo, con amplísima experiencia en despachos, en vuestra aula, lo mejor es que vuestro alumnado elijan acerca de qué quieren hacer. ¿Qué tema quieren investigar? ¡Manos arriba! Lo sé. Si tenéis un poco de sentido común vais a hacer lo contrario de lo que os pidan. Pero bueno, para que no se diga que no se trabaja de forma cooperativa y adecuada al siglo XXI. Se pide democracia y después se hace lo que a uno le da la gana.
Los dados también es una estrategia fantástica. Se tira un dado y se toma decisiones en función del número que salga. Por ejemplo, en caso de Primaria, 1 para matemáticas, 2 para los ambientes, 3 para usar la espaldera Montessori, 4 para seguir los dictados del corazón, 5 para lengua y 6 para la siesta. ¡Qué podría salir mal! Además, por un módico precio, en la deep web tenéis miles de dados trucados para que salga lo que vosotros queráis. ¿No sabéis que es la deep web? Pues tenéis un problema.
Seguramente podréis robar una pelota de algún sitio. ¿No os molaría usar la profecía de la pelota mágica? Robad la pelota al cuerpazo que en vuestro centro da Educación Física y tomad decisiones en función de los botes que de la pelota al rebotar contra el suelo. No lo tiréis contra el alumnado. Lo de jugar al cementerio está muy mal. A ver si os vais a extralimitar. Y pensad que si estáis dispuestos a dar, lo estaréis a recibir. No juguéis con fuego.
¿Tenéis una mascota en clase? ¿No han venido a hacer una manifestación los animalistas en vuestro centro para que dejéis de tenerla? Pues usad a esa mascota. Dejadle esa decisión. Si el hámster va a la puerta A, examen. Si va a la B, patio. Si el hámster va mucho a la puerta A no se lo dejéis al cuidado de ningún alumno. Puede sufrir algún accidente inesperado. Y, seguramente, ya no podréis enterrarlo en el huerto escolar porque está lleno de conserjes. Os lo digo porque es uno de los rumores que corren en los centros educativos… se han empezado a llenar los centros de huertos escolares y empiezan a desaparecer los bedeles. Casualidades.
Si eres un docente innovador y moderno, seguramente te gusta que el alumnado chille en tu aula. Te da igual que molesten a los del aula de al lado. Lo importante es dejar que se expresen en libertad. Ergo, ¿por qué no usar al que grita más fuerte para que decida la actividad del día? Así fortalecen su voz y, a lo mejor, las familias agradecen que hablen menos en sus casas. Dos por uno.
¿Y un tarot educativo? Cada mañana se puede sacar una carta. «El ahorcado» puede significar un día de reflexión personal. «La muerte» puede significar un día libre. «El sombrero loco» pues… lo sé… me he venido arriba y no aparece en el tarot. Pero si unos creen en inteligencias múltiples, por qué no puedo permitirme la licencia de inventarme cartas de tarot.
Otra manera de decidir es preguntar al compañero de al lado a ver qué hacen con su clase paralela. Si no tienes paralela, te jodes. Pero si la tienes, tan solo es hacer lo mismo que él.
He dejado para el final lo más molón… una encuesta en las redes sociales. Publica, por ejemplo en X, la pregunta ¿qué debería hacer mañana en clase? Dejar que internet decida es lo mejor. Hay una gran cantidad de expertos ahí que, seguramente, te van a asesorar. Yo te recomiendo que hagas lo contrario de lo que te digan. Pero esta es solo mi opinión.
Si compartís este decálogo y lo enviáis a diez docentes, puede ser que descubráis cuál es el objetivo de tu vida. O, con suerte, a lo mejor os toca la Primitiva. Todo es ponerse a compartir este artículo por todos los medios disponibles y suscribiros a todas mis redes sociales. Bueno, mejor no lo hagáis. Pensad en vuestra salud mental y en lo que supondría pasar esto a vuestros compañeros. Qué pensarán de vosotros. Vosotros todavía estáis a tiempo de que piensen bien de vosotros. Yo ya llego tarde.
A disfrutar de la tarde… que se prevé lluviosa por estos andurriales. Tocará tender la ropa, una vez ponga la lavadora, bajo techado. Decisiones importantes para las que no necesito, a estas alturas de mi vida, decálogo alguno.
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Método Delphi.
Visto en la infografía parece sencillo, jeje.
Jajajajaja.