Hoy, después de demasiado tiempo por culpa del confinamiento, hemos vuelto a repetir los amigos de «eduhorchata» (unas jornadas que organizamos ya hace en El Puerto de Sagunto) en el restaurante en el que más veces hemos coincido para, aparte de charlar, disfrutar de una buena gastronomía.

Fue un hallazgo en su momento y, a pesar de hacer escapadas a otros lugares, hemos convertido Cyrus Dad, en el Puerto de Sagunto, como «nuestro» restaurante de las quedadas. No es por fidelidad. Es porque se come bien a un precio más que aceptable, con menús, para los que nos gustan los arroces, más que interesantes.

Nos hemos pillado un menú con tres entrantes que, aparte de estar muy bien presentados (debo deciros que la atención de los camareros ha sido, como siempre, maravillosa), tenían un sabor fantástico. Os pongo solo un par de ejemplos de esos tres entrantes.

Patatas bravas con ajoaceite de miel

Ensaladilla «muy diferente»

Se ve también en la segunda imagen unas croquetillas de cortesía y no he podido fotografiar el revuelto (que, a mí que no me gusta el revuelto, he considerado espectacular).

Después los dos arroces que, en nuestro caso hemos pillado secos. Pueden ser melosos o secos según gustos pero a los cuatro, por mayoría democrática, hemos decidido que fueran secos. Uno de pulpo y otro de rabo de toro. El de pulpo aderezado con un par de ajoaceites «especiales» que, sinceramente, estaban para comerse con rebanadas de pan. Y el de rabo de toro, que ha sustituido al habitual de cabritillo que pedíamos, muy gustoso.

Arroz con pulpo

Arroz con rabo de toro

De postre un par de tartas de queso, un flan de dulce de leche y una panacota. Todo lo anterior regado por un buen vino (para disfrute del enólogo de la mesa) y algo sin alcohol para los abstemios (los obligados y los de decisión propia) y con unos cafés para acabar la sesión.

Tarta de queso

Panacota

Una comida en un ambiente fantástico, a un precio más que adecuado (por unos 20-25 euros por cabeza en menús espectaculares y muy bien dimensionados, si no hay extra de entrantes). Totalmente recomendable.

Eso sí, lo más importante de un restaurante, aparte de la comida es la compañía. E ir a comer con Óscar, Salva y Raúl, hace que la buena comida sea aún más excelente de lo que ya es.


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