Estimada Pilar Alegría, nueva Ministra de Educación y FP,

Me permitiré, como hago siempre que entra alguien en el Ministerio para el que desempeño mi trabajo, escribirte una carta (perdona que te tutee, pero es la costumbre) para explicarte algunas cosas. Y también, claro está, para desearte toda la suerte del mundo en tu andadura profesional porque si lo haces bien y te va bien, me irá bien a mí, a mis compañeros y al alumnado que tenemos. Vamos en el mismo barco. Y es tan importante el que rema como el que marca la ruta. Y esa va a ser tu función. Una función compleja, siempre con cuestionamientos de rumbo y muchos fenómenos que van a afectar a la ruta marcada. Llegar a Ítaca no es sencillo. Menos todavía cuando hay tripulación expectante y descontenta, agujeros por los que no para de entrar agua y cantos de sirena, junto con unicornios de un solo ojo, en cada una de las paradas en las que toca recalar para reponer suministros.

Lo primero y más importante es que te dediques a hablar con los que saben antes de construir o destruir. Destruir siempre es la última opción. Hay elefantes y cacharrerías. Lo importante es no ser el elefante porque hay cosas, dentro de esa cacharrería, que valen la pena. También hay cosas que no importa llevar a reciclar. Pero, como te he dicho, es más importante hacer que deshacer. Rodéate de gente que sepa. De gente que, incluso que no sean afines a ti, sean buenos profesionales. Entiendo que haya cargos políticos que deban llevar siglas tatuadas pero, por favor, en un segundo nivel busca a buenos técnicos. Y esos «de los tuyos» selecciónalos entre los mejores. Tenéis plantel. Todos los partidos políticos tenéis plantel. Son personas que, al igual que tú, no han de saber obligatoriamente de educación (pueden o no saber), pero sí de gestión. Gestionar es la clave. Y hacerlo bien, garantía de éxito.

A mí no me importa lo que hayas hecho hasta ahora. No me importa tu vida personal. A mí, al igual que a la mayoría de mis compañeros, más preocupados por lo que sucederá con la educación que por el salseo, nos interesa lo que vas a hacer a partir de ahora. Como he dicho antes, en mi caso, al igual que todos los que han gestionado este Ministerio (harto difícil, siempre cuestionado y muy poco brillante), te pido lo mismo que pedía a los anteriores… haz bien las cosas. No me refiero a que las hagas como me parecen bien a mí o a un grupo de personas afines a ti. Me refiero a que las hagas bien para el procomún. Para la totalidad del alumnado porque, al final, la clave es el alumnado y su aprendizaje. Trata bien a los profesionales de aula. No les ignores. No les tires a los leones. Son tus remeros. Son tus compañeros de tripulación. Sí, sé que cobramos menos pero, por suerte, tenemos menos responsabilidades. Hablo por mí. No me gustaría estar, por mucho que haya fabulado en ocasiones con ello, en tu lugar. Ni en el lugar de nadie que tenga tamaña responsabilidad.

Pon en barbecho la LOMLOE. Habla con los que se oponen a ella y pregúntales los porqués. Intenta negociar un proyecto educativo en el que quepan todos. Sé que hay avisperos que deben moverse pero, antes de mover esos avisperos, hay cuestiones más importantes a solucionar a corto plazo. Como te he dicho, eso es lo importante. Es más importante ir avanzando poco a poco que no llegar. Hay cosas en educación que van antes que otras. Y eso tiene que ser la política que emane de tu Ministerio. No empezar la casa por el tejado. Diseñar un plan que, aunque sea lento, sea seguro. En eso tendrás la colaboración de casi todo el mundo. Imponer sin criterio y justificación solo trae que problemas. Problemas que va a pagar todo el sistema educativo.

No es tan importante cortar cintas como dormir bien por el trabajo bien hecho. No es tan importante lo que te digan cuatro (incluso que sean de los tuyos) que lo que clamen miles. Conviene dar importancia a las cosas que realmente la tienen. En educación y en cualquier otro ámbito pero, en el educativo es donde tú vas a poder decidir.

Simplemente desearte toda la suerte del mundo. Repito, como he dicho antes, que puedes contar conmigo y seguro que con la inmensa mayoría de mis compañeros. Oye lo que piden. No pongas solo una emisora de radio. No leas solo un periódico o sintonices un solo canal. La educación es algo mucho más complejo. Algo que, para que mejore se necesita a los profesionales que intervienen en el sistema (no solo a los docentes de aula), al alumnado y a sus familias… ¡y a ti! Suerte.

Se despide un simple docente de aula. Fuerza y aciertos.


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