Alpino Certified Teacher

Desde hace un tiempo me preocupa cierta necesidad y publicidad de certificaciones en herramientas por parte de determinados docentes. Lo insólito del asunto es que, en muchos casos, son esos compañeros que denominaríamos, a nivel mediático, “la vanguardia tecnológica”, los que se están lanzando de forma ávida a obtener papeles de Apple, Google o cualquier otra empresa (he llegado a ver incluso algunos que se ponen en su perfil de Twitter, certificados por una empresa que tiene como único producto un cuaderno de notas) que les certifica su “capacidad” como usuarios y embajadores de la misma. La verdad es que no lo entiendo. Bueno, tampoco me cabe en la cabeza que haya docentes que se certifiquen por una determinada metodología (ABP, Flipped o similares), adquiriendo niveles en la misma. Ya, en este último caso se ve el negocio a la primera, ya que todas esas titulaciones valen una pasta. Y, bajo el paraguas de las mismas, obligan a comprar libros de los gurús de las mismas. Al menos ahí podemos intuir fácilmente el trinque pero, en el caso de ese supuesto altruismo de grandes multinacionales, debemos ahondar un poco más.

¿Qué significa que alguien sea, por ejemplo, Alpino Certified Teacher? Uso ese símil para no seguir publicitando tal o cual herramienta y, además, a mí personalmente los Alpino, Carioca y Plastidecors me molan aunque no sepa dibujar. Pues supongo que todo el mundo entiende que esa certificación dice que el docente está capacitado para usar Alpino. Y qué mejor que lo diga la propia empresa. Además, ¿quién no intuye que en un futuro muy cercano van a exigir estos títulos expedidos por empresas privadas para entrar a trabajar como docente? Es que yo lo veo. Plazas para flippeds, Google Certifieds o Apple Distinguisheds. Lo grave del asunto es que a algunos les gustaría. No importa que sepas de Matemáticas, Ciencias Sociales, Tecnología, etc. No interesa que te actualices en contenidos ni tengas un abanico de tecnologías y metodologías para adaptarte a tus alumnos. Interesa que tengas el nivel B2 de (…). Todos sabemos que dar Ciencias en inglés es una gilipollez pero no veáis la cantidad de docentes que trabajan gracias a ello y que, en ocasiones, han desplazado incluso a funcionarios con años de experiencia y buenas prácticas a cuestas por no tenerlo. Pues imaginaos qué pasará en un futuro cuando digan que hay centros Flipped, Google, Apple o, pongamos el caso imaginario (aunque viendo lo que pasa en educación ya no me atrevo a imaginar nada), Alpino.

¿Alguien cree que uno es mejor docente por saber usar los colores Alpino? ¿Alguien cree que, por estar certificado por esa empresa, uno debe decir que sus alumnos solo traigan ese tipo de colores e impida que usen otros? ¿Alguien se piensa que los padres van a entender que es más importante que sus hijos usen Alpino que aprender a dibujar? ¿Realmente a alguien le importa, salvo a Alpino, este tipo de publicidad que algunos docentes están haciendo alegremente y sin remunerar en las redes sociales, sus blogs o YouTube?

No creo ser el único preocupado al ver lo anterior. No es malo usar Alpino. Yo los he comprado y usado en múltiples ocasiones (tanto en casa como en el aula). Lo perverso del asunto es que pusiera en mi perfil “Alpino Certified Teacher” o, simplemente, que cada tres publicaciones en las redes sociales hablara de las bondades de Alpino obviando que, como todos saben, al final lo que quiere Alpino es hacer negocio. Os voy a descubrir un secreto… ninguna empresa da nada gratis. Y en el ámbito educativo deberíamos informar e informarnos acerca de qué supone usar uno u otro producto. Eso va incorporado en el ADN de nuestra profesión. O debería estar incorporado.

Como estoy haciendo en los últimos artículos, os recomiendo mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel) o en ese pop-up tan molesto que os sale. Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos sobre educación este curso. 😉

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