-Falta un mes para acabar -dijo la jefa de estudios.
-¿Un mes real o emocional? —preguntó TORREZNO 3PO.
-Unos treinta días del calendario. Pero emocionalmente ya estamos en septiembre del año que viene.
Era mayo.
Pero olía a final.
Un final flojo, inconcreto. Como si el curso se fuera apagando sin permiso.
En las aulas, los alumnos preguntaban con un ojo en la ventana:
-¿Esto entra?
-¿Esto cuenta?
-¿Esto se puede no hacer?
Un profesor de Lengua corrigió tres redacciones con el boli tapado.
-¿Para qué? —le preguntó TORREZNO.
-Para que no parezca definitivo.
-¿Lo es?
-Nada lo es en mayo.
Los alumnos flotaban en ese limbo entre “me esfuerzo por si acaso” y “total, ya da igual”.
Uno levantó la mano:
-¿Si saco un 6 y luego un 3, qué media me queda si me porto bien?
-¿Quieres matemáticas o esperanza? —respondió el profe.
En el patio, una alumna le confesó a TORREZNO:
-Tengo cuatro trabajos pendientes. Y he empezado… a mirar las carpetas.
Una profesora imprimía fichas con entusiasmo fingido.
-Son para mantenerlos ocupados.
-¿Aprenden algo?
-Aprenden a dejarme corregir en paz.
La tutora entró en clase con una caja de juegos de mesa.
-Vamos a trabajar las habilidades sociales.
-¿Jugando al UNO?
-Sí. Y si lloran, también es educación emocional.
En la sala de profesores:
Una discusión sobre si seguir explicando.
Un silencio después de decir “ya no puedo más”.
Y un acuerdo no verbal… queda un mes, vamos a fingir que tiene sentido.
TORREZNO 3PO lo anotó todo.
Observar en mayo era distinto.
No había conflicto abierto. Solo una melancolía anticipada.
Como cuando sabes que algo se acaba, pero todavía no te dejan irte.
Un profesor murmuró mientras cerraba la persiana:
-Aún queda un mes. Pero ya no quedan fuerzas nuevas. Solo las que sobran de otras batallas.
Ya en su nave, TORREZNO escribió: “Quedar un mes no significa que quede curso. Queda ruido. Queda calor. Queda la rutina sostenida por gestos automáticos y afecto encubierto. Lo pedagógico se diluye. Pero lo humano se nota más. Porque nadie finge ya nada.”
Y cerró con una frase que escuchó salir del aula de 2ºA, dicha por un alumno mientras copiaba sin saber por qué: “¿Falta mucho para que falte poco?”
Podéis encontrar todos los capítulos de TORREZNO 3PO en la siguiente página. Espero que lo estéis disfrutando. Gracias por acompañarme en sus aventuras.
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