No hay plan B. No hay posibilidad de escaquearse de asumir una digitalización completa de nuestros centros educativos en 2022. La pandemia ya nos ha demostrado todas las carencias, a nivel de centro, tanto en referencia a la competencia digital de alumnado, profesorado y familias, como la necesidad de disponer de mecanismos que permitan, de forma sencilla (¡jamás la digitalización de un centro educativo debería llevar asociada más complejidad o burocracia!) el uso de herramientas, y facilite la comunicación y colaboración entre los diferentes miembros de la comunidad educativa.
El Plan Digital de Centro no puede verse de forma aislada. No podemos centrarnos ni en el sofware ni el el hardware. Eso sí, debe haber una protocolización de qué herramientas usar y las mismas deben ser lo más sencillas posibles siempre que respeten la privacidad de los datos que se intercambian por ellas. Es tan simple y tan complicado como lo anterior. No se ha de ser informático. Se ha de ser usuario. Y un usuario que, con independencia de la herramienta y máquina que disponga en cada momento, sea capaz de generar mejoras en el aprendizaje de su alumnado, en la colaboración y en la comunicación. Tres claves antes de cualquier tipo de medida. Y esto va mucho más allá de usar Linux o Windows. Mucho más allá de usar las herramientas de Google, Microsoft o Moodle. Si a estas alturas de la película algunos siguen centrándose en la herramienta o en talibanismos mal entendidos, tenemos un problema. Y repito, es más importante saber qué se hace con los datos del alumnado, del profesorado y de las familias, que si se usa una aplicación libre o no. Es que podemos tener instalado un Moodle en un servidor chino y, por muy libre que sea la herramienta, los datos estarían más desprotegidos que usando, por ejemplo, Microsoft con un convenio regulado y controlado por la administración educativa. Es así de simple.
En el INTEF llevan un tiempo trabajando en el asunto. Hay algunos matices que, por desgracia, no me acaban de gustar y me chirrían bastante. Especialmente en cuanto a la gestión de su herramienta SELFIE para saber la competencia digital de uno o de su centro. Creo que es una herramienta que tiene múltiples defectos y que, más allá de dar falsos positivos o negativos (en cuanto a la competencia), tiene demasiado poco valor para medir nada.
Eso sí, lo que sí que compro son las líneas básicas de trabajo para un Plan Digital de Centro. Bueno, para una digitalización. Y, en este caso, compro los siguientes aspectos (fuente):
- Las infraestructuras: la dotación tecnológica, la conectividad, las plataformas y servicios digitales y el mantenimiento necesarios, entre otros.
- El liderazgo y la gobernanza: medidas y protocolos del centro, o aspectos organizativos, entre otros.
- El proceso de aprendizaje y enseñanza: las metodologías y estrategias didácticas, la planificación del desarrollo de la competencia digital del alumnado, entre otros.
- El desarrollo profesional: competencia digital docente y formación para el compromiso con el desarrollo del plan, entre otros aspectos.
- Contenidos: accesibilidad y criterios de calidad, Recursos Educativos Abiertos (REA) y niveles de aprendizaje, entre otros.
- Evaluación: aspectos a evaluar, criterios, indicadores de logro o procedimientos de evaluación, entre otros.
- Redes de apoyo y colaboración: redes docentes y de centros educativos, alfabetización digital y apoyo a familias, o cooperación con entidades del entorno, entre otras.
Mejora de infraestructuras y adaptación de las mismas a las necesidades concretas de cada centro educativo. No es lo mismo un centro de Primaria que uno de Secundaria. Ya no digamos uno de FP o entre familias profesionales. Las necesidades son diferentes. Y es importante la parte de “mantenimiento”. Quizás sea una de las claves. Conviene revisar el rol de la coordinación TIC (olvidarse de su faceta de reparalotodo y pasar a un rol de dinamización de las TIC), mejorar el servicio de apoyo al usuario y tener un sistema centralizado de gestión de herramientas. Sé que en muchas Comunidades Autónomas se están poniendo las pilas en el tema. Y, aunque desvele un secreto profesional por haber trabajado en ella, es algo que están mejorando a marchas forzadas y de manera más que correcta en la mía.
Conviene establecer líderes que ayuden a esta adopción del Plan Digital. Los docentes no tenemos que saber cómo hacer dicha adopción. Es importante contar con personas externas que nos ayuden, vayan a los centros y resuelvan dudas. Estas personas deben tener dos características fundamentales: saber de gestión y uso de herramientas y, especialmente, tener mucha capacidad de acción. Un modelo parecido al de los mentores digitales pero siendo mucho más exigentes en su contratación porque, al final, es muy triste tener a esos “expertos” en el proceso de digitalización a los que todo les suena a chino y no conocen ni los procesos, ni saben de gestión de los mismos. Repito, esas personas tienen que ser válidas tanto a nivel tecnológico, como a nivel de gestión y, cómo no, a nivel de comunicación. Eso sí, dentro de cada centro, aparte del coordinador TIC, debería haber una comisión (real y no las del paripé de reunirse cada cierto tiempo para no decidir nada), en la que hubiera algún miembro del equipo directivo, que gestionara esa adopción/digitalización. Hace tiempo que recomiendo que el coordinador TIC sea parte del equipo directivo pero, como nadie me hace nunca caso…
También deberíamos, tal y como dicen en el INTEF, realizar una formación específica en metodologías y estrategias didácticas. Sé que me repito pero es imprescindible que dicha formación se dé en función, tanto de la etapa como de la asignatura. No es lo mismo digitalizar una clase de inglés de Secundaria que hacerlo en un ciclo formativo de Automoción. Ya no digamos en Primaria. Es que es de cajón. Y quien no quiera verlo tiene un problema.
Estoy bastante convencido de la necesidad de establecer un plan de desarrollo profesional por niveles, en los que se asuma determinado grado de competencia digital por parte del profesorado y “del alumnado” (importantísimo). Se podrían establecer niveles como los de las Escuelas Oficiales de Idiomas. A1, A2, B1, B2,… pero esto sería cuestión de diseñarlo de forma muy exhaustiva y quizás podríamos llegar a plantearnos centros de acreditación y formación en competencias digitales, donde a su vez podrían estar esos dinamizadores de los centros educativos. No lo sé. Yo voy dando ideas que me van surgiendo.
Importante la existencia de un banco de recursos, por asisgnaturas y etapas, en el que haya un filtro inicial antes de poder colgar los productos y sea centralizado. Los intentos que ha habido hasta ahora (Agrega o la evolución al Procomún) han sido un fiasco porque, ni se han taxonomizado correctamente, ni se han filtrado esos recursos antes de subirlos a las plataformas. Y ya no digamos la falta de difusión de esos repositorios entre el profesorado. Si el profesorado desconoce qué hay es imposible que acuda a ello. Importantísima la tarea de difusión, por parte de la administración educativa o sus tentáculos, las cosas que se están haciendo y dónde pueden encontrarse. Sería brutal poder disponer de una web donde estuvieran todas esas webs en las que se está trabajando. Un metarecurso de recursos.
Pero, la clave está en el último punto: la colaboración y la comunicación. Sin colaboración y comunicación entre la comunidad educativa, todos los planes digitales se van a ir al garete. Deben poder colaborar los centros entre ellos, los docentes entre ellos, etc. La idea de una red social masiva para docentes, alumnados y familia, con varios administradores/gestores sería lo ideal. Un Facebook educativo, dividido en varios espacios de trabajo y colaboración, pudiendose crear grupos de trabajo o búsqueda de docentes con las mismas inquietudes, alumnado con las mismas necesidades o familias con la necesidad de saber y colaborar, sería fantástico. No es de recibo que tengamos que ir los docentes buscando sopitas en Twitter, Facebook o Instagram. Si se hiciera bien, iría toda la comunidad educativa de cabeza.
Pero bueno, al final me he despistado y no he hablado del Plan Digital de Centro. Me he ido por las ramas. Así que para compensar os pongo un par de enlaces: uno para descargar el documento descriptivo y una guía del Plan Digital de Centro y unos modelos de plantilla para elaborar el vuestro:
- Plan Digital de Centro. Descripción y guía
- Modelos de plantilla para la elaboración del Plan Digital de Centro en formato .doc y .odt.
Y, como bonus track, la página del INTEF desde la cual podréis ir a todos los materiales de que disponen para diseñar ese Plan Digital de Centro (enlace).
Finalmente reiteraros que, a estas alturas de la película, como os he dicho al principio, no hay plan B: o digitalizamos los centros educativos o los digitalizamos. Lo que interesa es hacerlo bien.
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¿Crees que por tener el Plan Digital se van a digitalizar los centros y no se quedarán en un documento más perdido en algún cajón?
No. Un documento sin más no tiene ningún sentido. Tampoco lo tiene ir haciendo cosas como pollos sin cabeza por no haber hecho un correcto diseño ni planificación. 😉