Los datos indican que dirigir un centro educativo es algo positivo para los que ejercen ese cargo unipersonal. La dirección de los centros educativos, a diferencia de otras figuras dentro de los centros educativos, como pueden ser los tutores, es algo que les gusta a los que lo están ejerciendo. Además, al ser un cargo para el que no te ponen ninguna pistola en la sien para que lo ejerzas, se trata de algo totalmente voluntario. Sí, a diferencia de las tutorías, que en muchas ocasiones se dan al último que llega, a la dirección de un centro educativo se opta.

No compro el discurso de que se vive tan mal ejerciendo la dirección de un centro educativo. Compro, eso sí, el gran trabajo que hay, compartido entre todos los miembros del equipo directivo que forma. Algo que no tiene nada que ver con los relatos de algunos que hacen esa función. Y menos, repito, cuando los datos indican que a las personas que ejercen la dirección les gusta hacer esa tarea. Sea por cuestiones económicas, por cuestiones de ego, por temas de poder o, simplemente, porque les gusta más eso que dar clase. O más, en ocasiones, que poder dedicar ese tiempo a su familia. Ejercer una dirección de un centro educativo, si se quiere hacer bien, es detraer tiempo a familia y hobbies.

Los datos no mienten. Podemos interpretarlos en ocasiones pero, en el caso que os voy a comentar, no hay interpretación posible.

En la Comunidad Valenciana estamos inmersos en el proceso de renovación de los directores de sus centros públicos. Se ha publicado recientemente la lista de los admitidos a ese proceso de renovación (docentes que llevan los últimos cuatro cursos dirigiendo su centro y quieren continuar). En dicha lista, que podéis consultar aquí, aparecen 161 docentes que optan libremente a esa renovación. Es decir, insisto, directores que quieren continuar siendo directores.

Así pues, lo lógico, según las quejas amargas de esos que ejercen esa función, debería haber una gran cantidad de directores que no quisieran renovar. Si tan malas fueran las condiciones de los directores, no habría casi nadie que quisiera renovar. Es que es de sentido común. Si algo no te gusta y es voluntario, lo que debería suceder es que, una vez te «han engañado» o te «has engañado», no repitieras. Vamos a ver qué dicen los datos…

Pues los datos indican que se convocaba la renovación del cargo para 233 docentes que estaban ejerciendo el cargo (aquí la convocatoria). Si de ellos restamos los docentes que estaban ejerciendo ese cargo de dirección y cumplen la edad de jubilación, que son 34 (los datos los he sacado de esos maravillosos sindicatos que, teniendo elecciones sindicales el día 1 de diciembre, han publicado las fechas de nacimiento de todos los docentes de la Comunidad Valenciana -¡viva la privacidad de los datos!-, cruzando nombres), pues resulta que quieren renovar un 88% de los directores que ya llevaban cuatro cursos ejerciendo su función.

O sea que, o hay mucho masoquista ejerciendo la dirección, o ser director sí que compensa. Así que, por favor, ahorraos el discurso o el relato acerca de ciertas cosas porque los datos dicen lo que dicen. Y, en este caso, no son interpretables. Dicen que 9 de cada 10 directores quieren seguir siéndolo después de cuatro cursos (bueno, hay algunos, pero no he hecho los números, que ya llevaban más de ocho cursos en el cargo y renuevan para llegar a doce, dieciséis, veinte o más).

Por cierto, yo he pasado por un equipo directivo y no repetiría. También sé lo mucho que se trabaja en esos cargos. Otra cuestión es que sea un cargo que compense. Y el de director de un centro educativo, sea por menos horas de atención directa de aula, por salario, por ego, por sensación de poder o por otras cosas, detrayendo tiempo a familia y aficiones, les compensa a la inmensa mayoría de directores. Si no, no lo serían porque, como he dicho, no es un cargo al que se obligue. Incluso en los poquísimos casos que se ha obligado, uno puede renunciar con miles de excusas.

Sirva este post para, aunque no os lo creáis, reivindicar mejores condiciones para todos los que ejercen cargos en los centros educativos. Eso sí, por favor, el victimismo por ejercer de ciertas cosas en los centros educativos no cuela. Decid abiertamente que os compensa. No pasa nada.

Aclaración

En este post no estoy cuestionando, en ningún momento (¡y creo que lo dejo claro!) la brutal e incómoda tarea de la persona que ejerce la dirección de un centro educativo y de su equipo. He estado ahí y sé lo duro y exigente que es. Tengo claro también, como le he comentado a un director con el que he hablado esta mañana por teléfono, que puede haber motivos «de tener un proyecto» o «querer ayudar para mejorar el centro educativo», tan válidos como los que he comentado. Me parece, repito, una decisión que tiene toda mi admiración. Pero repito, el post no va acerca de los motivos para ser o no ser director. Sí a que se trata de una decisión voluntaria en el caso de renovación en el cargo.

Eso sí, también me gustaría responder a aquellos que dicen que la administración puede obligarte a «ser director». Pues no. La cosa no es tan sencilla porque la administración, por mucho que algunos en esta publicación me hayan dicho que llevan décadas en dirección porque no encuentran a nadie y les obligan a serlo desde inspección, no tiene ese poder. Y no lo digo yo. Lo dice una Ley Orgánica (la LOE consolidada con la LOMLOE) en su artículo 137. Un artículo en el que se dice lo siguiente:

Fuente: LOE consolidada con LOMLOE

Así que, blanco y en botella. El nombramiento extraordinario puede hacerse por un período máximo de cuatro años. No puede alargarse ad infinitum como dicen algunos. Si se quiere estar más de cuatro años solo se puede estar voluntariamente y por decisión del docente.

Como estoy haciendo en los últimos artículos, os recomiendo mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel) o en ese pop-up tan molesto que os sale. Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos sobre educación este curso. 😉


Descubre más desde XarxaTIC

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.