10 cosas que no puedo controlar como docente

Resulta curiosa la habilidad de algunos para, desde determinados púlpitos, intentar culpabilizar a los docentes de todos los males del sistema educativo. También, resulta sorprendente ver como otros, a diferencia de los primeros, se escaquean de todas sus responsabilidades profesionales echando las culpas a terceros. Pues bien, ni tanto ni tan calvo. Hay cosas que, como docente se pueden controlar y otras que no van a depender de nosotros. Hoy toca hablar de diez cosas que, como docentes no podemos controlar.

No puedo controlar la situación sociofamiliar de mi alumnado. No puedo ni tengo herramientas para ello. Además, no puedo luchar contra determinados patrones que se maman en casa. Y estoy hablando en ambos sentidos: no puedo compensar una situación desfavorable, ni descompensar una situación favorable.

Tampoco puedo controlar la normativa educativa. No puedo controlar que se publiquen tropocientas leyes, que se deroguen cada pocos años y que, por desgracia, no tengan ni tiempo de acabar de ejecutarse.

No puedo controlar la salud mental de mi alumnado. Menos aún en Secundaria cuando, por desgracia tenemos a nuestro alumnado muy pocas horas a la semana. Tampoco puede hacerse en Primaria ya que los maestros no están preparados formativamente para ello. Así que, en Secundaria, además de la falta de formación especializada, se añade el problema de las pocas horas que pasamos con ellos.

Tampoco puedo controlar las herramientas digitales que voy a tener a mi disposición. Eso incluye que no voy a saber si voy a poder disponer mañana de internet. Bueno, al menos en mi centro tengo claro que no voy a tener mañana wifi pero, el no tener wifi no va a depender de mí ni tengo posibilidades de solucionar lo anterior.

No puedo controlar la alimentación de mi alumnado. No puedo exigir a las familias que dejen de darles dinero para que se compren una lata de Monster a las diez de la mañana ni que, en lugar de hacerles un bocadillo, les den dinero para que se compren una bolsa de Doritos para almorzar. Lo siento. No puedo. Y sé que la alimentación es clave, según todos los estudios, para un mejor desarrollo intelectual y un mayor aprendizaje.

Tampoco puedo controlar si mi alumnado fuma, bebe o se droga. Sé que para algunos fumar y beber es drogarse pero, permitidme la tríada. Y no entréis en el detalle anterior. Entrad en si es factible que, como docentes, podamos impedir que un alumno fume, beba o se drogue. Incluso es, en ocasiones, algo muy difícil de detectar.

No puedo controlar que mi alumnado duerma las horas necesarias para tener un buen rendimiento escolar. No puedo obligarle a que duerma ocho horas y media. Ni tampoco puedo obligarle a que haga deporte. No tengo esa potestad como docente. Y una falta de sueño o de actividad física implica una reducción en la capacidad cognoscitiva. No lo digo yo. Lo dicen los estudios.

No puedo separar a un alumno de su entorno social. Ni sacarlo de su barrio marginal. Ni conseguir que, de un día para otro, disponga de los medios adecuados para poder estudiar en condiciones. No puedo hacerlo. Puedo detectar los problemas asociados pero, por desgracia, no puedo hacer nada para ayudarles.

No puedo obligar a que un alumno aprenda. Si no quiere aprender, por muchas estrategias y ganas que le ponga, si no quiere aprender no va a aprender. Tristemente hay alumnado que no quiere aprender. Y algunos, ni tan siquiera quieren aprobar. Una realidad incómoda pero que existe.

Y, finalmente, con las ratios actuales y la distribución horaria de las diferentes materias, no puedo personalizar el aprendizaje de mi alumnado. No puedo atender al alumnado como se merecería.

Hoy he escrito acerca de algunas cosas (¡hay muchas más!) que no puedo controlar como docente. Mañana escribiré acerca de cosas que sí que puedo controlar. O, al menos, intentarlo.

Como estoy haciendo en los últimos artículos, os recomiendo mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel) o en ese pop-up tan molesto que os sale. Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos sobre educación este curso. 😉

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2 comentarios

  1. Buenas tardes Jordi, estoy totalmente de acuerdo en que no puedes controlar todos estos factores, tampoco lo pueden hacer los otros profesores, aunque lo que si puedes hacer es controlar los factores que hacen que tus alumnos aprendan y se acuerden de lo que han aprendido. Si lo haces disminuirán de manera radical los conflictos y los problemas disciplinarios.
    Por cierto, enhorabuena por tus posts, los últimos sobre legislación y normativa aclaran mucho. Muchas gracias.

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