Hace nada hemos conocido el enésimo estudio que indica que la prohibición de los móviles en los centros educativos, tal y como se lleva haciendo en otros países, reduce los conflictos entre el alumnado, las agresiones y mejora el aprendizaje. Es que, salvo cuatro panfletos sin datos, TODAS las investigaciones, TODAS las encuestas, TODAS las observaciones dentro de las aulas (no solo de etapas obligatorias, ya que algunas Universidades en algunos países también los han prohibido) indican que esa prohibición del uso de los móviles ha tenido efectos muy positivos en el alumnado.

Pero, como ya sabemos todos los que trabajamos en el ámbito educativo, por mucho que algunas medidas tengan unos resultados tan claros, siempre va a haber alguien que las critique. Sí. Hay algunas personas (una minoría) que piensan que los móviles no son una distracción, que generan problemas entre el alumnado menor de edad y que todo se va a solucionar, por arte de magia, mediante «enseñar a usarlo». Ya sabéis que las dos grandes frases de algunos para justificar ciertas cosas son… «o no lo has aplicado bien» o «no has enseñado a usar la herramienta». La culpa siempre de un tercero. Eso sí, cuando les dices que lo pongan en práctica en sus aulas, siempre te encuentras con que no tienen aula o que, en la suya sí que están prohibidos porque sus consejos y recomendaciones solo valen para los demás.

No cuesta nada admitir que los móviles perjudican el aprendizaje. Todos sabemos que el alumnado va a estar más centrado en sus clases si no tienen un flujo constante de memes, notificaciones y vídeos a su disposición. Pero claro, hay ciertos personajes que siguen pensando que los móviles no afectan el aprendizaje. ¿Quizás necesitan ver un unicornio dando clases para convencerse? Bueno, creo que ni eso porque están convencidos de que los unicornios existen. Al igual que es imposible convencerles de que el alumnado necesita memorizar, dedicar esfuerzo y que el ambiente tranquilo en el aula es fundamental para el aprendizaje.

Va. Imaginemos el escenario de la prohibición: un aula libre de móviles. El alumnado, en lugar de mirar la pantalla cada cinco segundos, realmente escuchan a sus docentes. ¡Y vaya sorpresa! Sus competencias mejoran. Pero claro, esto no puede ser porque no tengan el móvil a mano, ¿verdad? Debe ser pura coincidencia. Que las calificaciones hayan mejorado por la prohibición de los móviles nada tendrá que ver con todo esto. Además, según dicen algunos, las distracciones van a ser las mismas porque van a coger un papel y se van a dedicar a dibujar. Incluso así habría diferencias a nivel cognitivo entre generación de caricaturas del docente con consumo de vídeos de Instagram. Pero bueno…

Luego está el tema de los conflictos entre el alumnado. ¿Será que la disminución de los problemas de bullying y distracciones constantes tiene algo que ver con no estar todo el día pegados a una pantalla? No, seguramente se debe a una alineación planetaria o a los chemtrails. Definitivamente, estoy convencido de que, para algunos, no tiene nada que ver con la prohibición de móviles.

Y por si fuera poco, varios estudios han mostrado que las escuelas que implementan estas medidas ven una mejora notable en el rendimiento académico. Pero claro, esos estudios deben ser fruto de algún complot internacional para fastidiar a los defensores de los móviles en clase.

Parece que la prohibición de los móviles es una medida que beneficia claramente tanto el aprendizaje como el ambiente escolar. Pero algunos personajes seguirán poniendo el grito en el cielo, buscando pruebas irrefutables en vez de confiar en lo que ya es evidente. ¿Quizás necesitamos más estudios? ¿O quizás, en este caso como en muchos otros, solo una pizca más de sentido común?

¿Qué opinas tú? Sí, me estoy dirigiendo a ti. Al que te pasas habitualmente por aquí o has caído, de rebote y por pura mala suerte, en este artículo. ¿Crees que la prohibición de los móviles es realmente beneficiosa o, tal y como dicen algunos, es simplemente una medida fascista y retrógrada para limitar las libertades de nuestro alumnado? Lo sé. Que también se prohíba también su uso en países comunistas (enlace), curiosamente, mucho antes que en otros países donde existe un modelo social más democrático, seguro que es solo casualidad. Será eso.


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