El refranero español tiene una frase, que pega bastante con lo que está sucediendo en los últimos tiempos en los debates educativos en las redes sociales. Es esa que dice que cuando el tonto coge una linde, la linde se acaba pero el tonto sigue. Y sí, me incluyo en ser de esos que he cogido una linde y que, por gilipollas, no me he desviado de esa línea imaginaria.
Hay gente mucho más inteligente que ha sabido no coger la linde o incluso, con mucho acierto, ha dejado de opinar acerca de ciertas cosas, o se ha tomado unas vacaciones de las redes sociales (sí, somos muy estúpidos -o simplemente tenemos muy poca vida- los que seguimos dando la matraca con temas profesionales en período vacacional). Otros, claro está, hemos metido la pata hasta el fondo, nos hemos tragado ciertos discursos y hemos hecho lo que, de forma nada sibilina, querían algunos que hiciéramos. A ver, que no es casualidad que se haya filtrado el borrador del currículo de Infantil y Primaria a ciertos medios de comunicación. Y se ha filtrado para generar polémica interesada e ideológica. Joder, si hay partidos políticos que se están frotando las manos al ver como los docentes nos damos de hostias en Twitter. Y ya no digamos lo bien que les va a otros que no se hable de bajada de ratios ni de las condiciones en las que va a empezar el curso en septiembre. Es que nos hemos tragado el discurso de género y ecosocial como algo urgente en educación, desplazando cualquier otra reivindicación. Así de limitados somos. Vuelvo a repetir, me incluyo.
Como os he dicho, aquí mucho criticar a los gurús y a los que trincan con la educación, cuando ellos son infinitamente más capaces intelectualmente que nosotros. Son capaces de ponerse de perfil cuando toca y jugar mejor sus cartas que lo que sabemos hacer nosotros. ¿Habéis visto a alguno de esos tuitstars educativos posicionándose, salvo algunos que han intentado blanquear el asunto, escribiendo tuits con los que quedas bien con todo el mundo? Pues no. Ellos saben más que los cuatro que andamos a cuitas acerca de si las Matemáticas deben incorporar probabilidad o si dejamos de conocer a Felipe VI y lo renombramos como Felipe uve palito. Hablar de esos «palitos» hace que los docentes estemos abducidos por debates totalmente estériles. Y nos demos de hostias virtuales mientras otros están con las palomitas.
No pasa nada por reconocer que somos tontos. Nos han puesto una zanahoria y la llevamos persiguiendo a lo largo de kilómetros. No pasa nada por saber que seguir una linde imaginaria es como perseguir unicornios o irse a buscar gamusinos. Es que lo que llevamos viendo estos días en las redes sociales me da mucha vergüenza. Y cuando leo ciertas cosas que he escrito en Twitter, me doy cuenta que nos la han colado a base de bien. Y que soy, al igual que muchos, un auténtico cafre por haber caído con las cuatro patas en ciertas cosas.
Esta linde se ha acabado, pero surgirá otra… y volveremos a seguirla porque, al final, los que nos damos de bruces con la piedra, acabamos no pudiendo prescindir de ella.
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Querido Jordi, no soy docente, pero tengo formaciones colindantes y el asunto no va de lo que dice. No son más listos, están repitiendo sin conciencia, un comportamiento históricamente condicionado, ser jefe. Y los docentes, otro… ser subordinados. En las empresas exitosas los subordinados dejan de serlo cuando se trata de tomar decisiones, y participan de verdad… lo mismo que en las familias. Hasta que no participen en los programas que son ustedes quienes impartirán, seguirán sintiéndose mal…. dirán que el partido x, que y, que los medios… No digo más. Gracias….
La participación de los docentes en la gestión y/o redacción de las leyes educativas, al menos en nuestro país, es un auténtico oxímoron. Gracias a ti por el comentario.
Las redes sociales se han convertido en una herramienta para que nos peleemos entre nosotros y no con quien deberíamos pelearnos.
El circo romano, reconvertido del bar y del fútbol, a la comodidad de escribir y gritar desde el sofá de casa.