Soy de los convencidos de que una repetición de curso, por experiencia propia y por haber leído varias investigaciones sobre el tema, es algo que no sirve para la mayoría del alumnado que repite. Lo tengo claro. Y es por ello que me apetece seguir leyendo investigaciones acerca de ese tema para poder encontrar algunas claves que solucionen el problema de ese alumnado que no llega y que, por desgracia, o bien se le mantiene en el mismo curso haciendo lo mismo otra vez o, simplemente, se le promociona automáticamente con todas las carencias de aprendizaje que lleva. Ambas cosas, por cierto, contraproducentes. Pero no adelantemos acontecimientos ni desvelemos todavía la trampa.
Ayer en X una profesora universitaria, conocida antaño por su supuesta cuenta B (desaparecida ya) en la que atacaba e insultaba a todo el profesorado que no pensaba como ella, publicó un hilo con varios estudios e investigaciones que desmontaban las bondades de repetir curso.
Os pongo solo la primera investigación porque, al final, en todas las que se publicaron en el hilo se incurría en el mismo error interesado. Seguramente si algunos, antes de publicar ciertas cosas, se las leyeran, encontrarían que no dice lo que se pretende que digan. O que, simplemente, hay matices muy interesantes a tener en cuenta.
Nada, con vuestro permiso voy a contaros qué dice ese metaanálisis que, para mí, es la investigación más importante que ha compartido. Un metaanálisis que podéis encontrar en su totalidad, más allá del resumen al que enlaza, aquí.
¿Qué nos dice ese metaanálisis? Pues bien, nos dice que la repetición de curso, salvo ser una medida que a corto plazo tiene un efecto positivo, a la larga hace que el porcentaje de alumnado que repite tenga un porcentaje mucho más alto de abandonar los estudios. Pero, curiosamente, ese metaanálisis también incide en que «existen características escolares, familiares e individuales asociadas con la probabilidad de repetir curso y estas características influirán en el desarrollo posterior y en las trayectorias de rendimiento«. Por tanto no es la repetición de curso el problema. El problema es la situación sociofamiliar del alumnado y determinadas características del mismo.
Así pues, no es que la repetición sea positiva o negativa para el alumnado. Es que, simplemente, se trata de una medida que no compensa situaciones de partida. Pero, seguro que ahora me preguntaréis algunos, qué pasa si eliminamos la repetición y promocionamos a ese alumnado. Pues ahí está la trampa.
La mayoría de los profesionales de la educación y los investigadores reconocen que ni la repetición de curso ni el mero paso al curso siguiente proporcionan el andamiaje necesario para mejorar las habilidades académicas y sociales de los alumnos con riesgo de fracaso escolar.
Ya veis cuan burdo es el argumento en contra de la repetición ya que, curiosamente, ese argumento es el mismo que puede darse para decir que la promoción automática de curso tampoco mejora las habilidades académicas y sociales de ese alumnado con riesgo de fracaso escolar.
Entonces, ¿qué podemos hacer con ese alumnado que, por determinados motivos, no consigue llegar al aprendizaje requerido y que, tomemos la medida que tomemos (repetición o promoción), no vamos a poder ayudar?
Pues existen dos opciones. La que he planteado en más de una ocasión que hace referencia a la necesidad de desvincular edad fisiológica de curso y establecer grupos por niveles, totalmente permeables y bien diseñados (enlace). O, simplemente, tal y como indica el metaanálisis, proceder a establecer estrategias efectivas en el proceso de enseñanza-aprendizaje como las siguientes:
- Estrategias mnemotécnicas.
- Estrategias para mejorar la comprensión lectora.
- Modificación de la conducta, con el establecimiento de espacios «menos ruidosos» para el aprendizaje.
- Instrucción directa.
- Evaluación formativa.
Ya lo veis. Los modelos más «rancios» y «tradicionales» que se desprecian por todos aquellos gurús e innovadores de salón. Añado. Para ese alumnado con más dificultades de aprendizaje, el trabajo en grupo es totalmente contraproducente.
No quiero que se me pase. Hay otras medidas que también, según la psicología, pueden mejorar el aprendizaje de ese alumnado.
- Fomentar activamente la participación de los padres.
- Adoptar estrategias pedagógicas adecuadas a la edad.
- Establecer agrupaciones de varias edades en las aulas.
- Ofrecer programas eficaces de lectura temprana.
- Aplicar programas eficaces de salud mental en la escuela.
- Identificar problemas específicos de aprendizaje o comportamiento, diseñar intervenciones para abordar esos problemas y evaluar la eficacia de esas intervenciones.
- Proporcionar servicios adecuados de educación especial.
- Implementar programas de tutoría.
- Establecer escuelas de servicio completo para proporcionar un vehículo basado en la comunidad para satisfacer las necesidades de los estudiantes en situación de riesgo.
Es que hasta las investigaciones nos dan la razón a los rancios que defendemos la existencia de agrupamientos de varias edades, ofrecer programas eficaces de lectura temprana, tener centros y servicios de educación especial, evaluar intervenciones en el aula, etc. A ver si va a ser que tanto brilli brilli pedagógico no sirve de nada y toca volver a aplicar el sentido común, realizando intervenciones que sabemos (y que nos dicen los años) que han funcionado.
Desde aquí agradecer a la autora del hilo las publicaciones. Y, cómo no, recomendaros que, por favor, más allá de lo que os cuento en este post, acudáis a las fuentes y no os fieis ni de lo que os he contado yo ni de lo que ha intentado tergiversar la autora de ese hilo. Hay vida más allá de X, de este blog y de interpretaciones interesadas o manipulaciones.
Bibliografía
Jimerson, Shane. (2001). Meta-analysis of Grade Retention Research: Implications for Practice in the 21st Century. School Psychology Review. 30. 420-437. 10.1080/02796015.2001.12086124.
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En este debate también hay mucha «estadística» tipo «Save the children», con una capturita de pantalla, sin enlace al supuesto estudio, y por supuesto sin ningún dato real que pueda ser estudiado, en realidad.
https://x.com/albanodealonso/status/1764301009789002143
Es que algunos, a falta de argumentos o disponer de investigaciones que avalen sus postulados pedagógicos, deben conformarse con una viñeta.
Buenos días, creo que estamos dando palos de ciego. Sobre el papel se puede escribir cualquier cosa, todo lo soporta. Cada ley que hemos tenido parece «mejorar» a la anterior, sobre el papel. Lo cierto es que vamos a peor. ¿Capacidades? Pero si no conocemos las que tenemos nosotros mismos!! Como para decir las que tienen unas personitas de 12 años… Todas las leyes, el análisis que has hecho tú antes, todos eso parte de una premisa: que la criatura va a entrar en ese juego. Y luego resulta que no entra, y ahí tenemos el problema. Todo eso se olvida de que si el alumno no quiere estudiar, ya podemos hacer nosotros malabarismos, no vamos a sacar nada.
Nos podemos preguntar por qué el alumno no quiere estudiar. 😉