¿Podéis contestar a esta encuesta? Son solo cinco minutos

Parte de la investigación que se hace en la Universidad da pena o mucha pena. Especialmente la relacionada con la educación. Es que, sinceramente, estoy un poco cansado de ver como un día sí y al otro también, en las redes sociales (especialmente en Twitter -quizás sea porque es la que uso habitualmente-), se nos pide que dediquemos cinco minutos a contestar una encuesta. Encuestas que, ya por estar mal diseñado el muestreo, tienen un valor entre cero y nulo. Además, en ocasiones, son los propios investigadores y no alumnado, los que se dedican a hacer lo anterior.

A ver, cómo os lo explicaría. En Twitter no se deberían pasar encuestas que, supuestamente, han de servir para inferir ciertas cuestiones. Los docentes que estamos ahí no somos representativos de nada. Ni estamos en número suficiente ni reunimos los requisitos de ser una muestra heterogénea del colectivo. Estamos perfiles muy concretos. Por suerte la mayoría no usan las redes sociales como las usamos otros. Y no es el mismo perfil de docente el que hay en Twitter que el que hay en Facebook o en Instagram, aunque reconozco que a veces pueden coincidir.

No, pasar una encuesta en Twitter acerca de un trabajo fin de grado (TFG), trabajo fin de máster (TFM) o investigación educativa no tiene ningún sentido. Salvo, claro está, que el que lo diseñe no tenga ni pajolera idea de investigación educativa o pretenda hacerla para pasar el rato. La investigación, no solo la educativa, es algo muy serio. ¿Habéis visto a algún investigador en medicina que diseñe una encuesta preguntando en Twitter para que le respondan? Es que en educación el personal es muy poco serio. Es lógico reírse de las Facultades relacionadas con la educación porque tienen a personajes que dicen a su alumnado que pregunten en las redes sociales. Y así es muy difícil prestigiar ciertas carreras.

Uno puede montar una encuesta en, por ejemplo Twitter, para preguntar los hábitos sexuales de los tuiteros. Otro tema sería extrapolar esos datos a los hábitos sexuales de la población. Aún siendo un campo de estudio muy delimitado, también debería hacerse un trabajo previo de selección poblacional y saber qué datos son relevantes en esa encuesta. Encuestas que, por cierto, dan bastante pena en su configuración (al menos las que he visto). No es ponerte en cinco minutos a hacer un formulario en Google y soltarlo. El diseño de la investigación es lo más importante de la misma. Incluso más importantes que sus resultados. Porque tener resultados sin que los mismos tengan ninguna validez es un poco estúpido.

Como me han entrado ganas de montar una encuesta que tiene el mismo valor que todas las que están pasando por Twitter (u otras redes sociales), me he puesto a pergeñar una acerca de las veces en que los docentes realizan tareas en la cama. O en el sofá, la mesa del comedor, encima de la lavadora (debajo es complicado), etc. Totalmente anonimizada, claro está. Prometo daros los resultados en Twitter donde iré avanzando, al igual que van a hacer en la jornada electoral de hoy, los primeros resultados de participación. Y a partir de las ocho de esta noche, cuando va a cerrarse, os daré los resultados. No son solo cinco minutos su cumplimentación. Son menos de uno. Es que, para perder el tiempo, prefiero que lo perdáis lo menos posible. Podéis realizar la encuesta en el siguiente enlace.

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