Hoy es un día muy triste para los docentes. Un alumno de trece años ha apuñalado, con resultado de muerte, a mi compañero Abel Martínez Oliva. Sí, mi compañero tenía nombre y apellidos. Y, aún más, toda una vida por delante. Una vida maravillosa que nadie tenía derecho a truncar y que, por desgracia, no va a poder vivir.
No me importan las causas ni las justificaciones que algunos dan del hecho. Tampoco me importa un bledo las opiniones de los tertulianos acerca del asesino, ni siquiera la familia del mismo. Lo único que me importa es mi compañero. Un compañero que ha muerto asesinado. Un compañero que no interesa a la mayoría de los medios de comunicación, mucho más preocupados por hacer de buitres carroñeros de la noticia. No me importa. Es un juego que no me interesa. Yo tengo claro lo que me importa de la noticia. Me importa que un compañero de Ciencias Sociales no irá mañana a trabajar porque un alumno ha sesgado su vida. Lo demás, sinceramente, me preocupa bastante poco.
Abel, descansa en paz.
Me uno al dolor y OS envío besos
Hola Abel,
Me gustaría decirte q aunque no te cconocí, miro tu foto y siento que debias ser alguien muy especial.
Han truncado tu vida y no me importan las justificaciones. No me importa si ese niño esta enfermo o no, solo me importa que tu no estas y el si.
Cada día vemos mas violencia y nas incultura entre la juventud y ne da igual este caso concreto, esto es un reflejo de como estamos educando a nuestro menores y no precisamente en las escuelas.
un beso Abel algun dia nos conoceremos
Menos mal que he encontrado esta página donde se habla de Abel. Todo lo que he visto en televisión me ha hecho llorar porque no oía nada del profesor. Sólo nombran al niño y me daba mucha pena que no dijeran nada de un compañero de sociales. Yo estoy recién jubilada y también era de sociales. Cuando oí la noticia lo primero que pensé fue “pobrecito, posiblemente estaba muy contento e ilusionado porque le había salido una sustitución”. En ninún momento pensé en el niño como una pobre víctima de la sociedad. Abel, sólo he pensado en tí, y ese Tenerife, te mando un beso donde quieras que estés.
Estimado Jordi: qué tristeza! Aquí en Argentina también tenemos cada tanto un hecho de violencia entre alumnos o de alumnos (o de padres!) hacia un docente, y yo pensaba que es fruto de nuestra decadencia y de un gobierno que hace más de una década que viene desautorizando no sólo a los maestros sino a toda forma de autoridad que hay en una sociedad. Aquí se bajan cada vez más las condenas, se permite que los ladrones queden libres a poco tiempo de ser detenidos… se amedrenta a los jueces que quieren cumplir con su trabajo y se han llegado a “cargar” a un fiscal de la Nación que quiso denunciar a la presidente… si la denuncia no tenía fundamento lo hubieran demostrado. Pero lo asesinaron disfrazándolo de suicidio…
Veo que esto ocurre también en otras latitudes y además de compartir el dolor por una vida truncada que tanto dió y tenía para dar a la sociedad, me planteo que los educadores tenemos una tarea titánica por delante. Debemos luchar contra la corriente y enseñar a nuestros alumnos que aunque a diario vean corrupción y violencia es mejor ser honestos, amables, respetuosos de la vida y de los derechos del otro.
Saludos desde Buenos Aires
Natalia
Me parece penosa la forma de tratar este asunto por los medios “desinformativos”. Mis condolencias para la familia del profesor asesinado. Ha sido muy triste la pérdida de este profesor.
Mi más sentido pésame a la família y amigos de Abel. Como profesora me sentí muy dolida por este suceso, el que menos culpa tenía es Abel, un profesor como muchos, que no tenemos trabajo si no es a base de sustituciones y de movernos de un lado a otro. Tampoco yo considero que lo que ha hecho ese niño tenga excusa alguna… Nunca la tendrá, porque para esa família y esos seres queridos, se ha truncado un trozo de sus corazones con la marcha injusta de Abel. Y que tengan que pasar estos sucesos horribles para valorar ciertas cosas y ver que en este país, la justícia va como va… al igual que la educación y mil cosas más. Abel, los docentes que estamos como tú nunca podremos olvidar esto, porque no hay cosa más injusta que tu marcha.
Soy profesor de secundaria. Siento vergüenza hoy, de ser psicólogo y periodista, pues ambas instituciones profesionales han demostrado su incapacidad de afrontar lo sucedido, echando tierra y pasando de puntillas sobre el suceso… curioso. Habría pasado lo mismo de no ser un año electoralmente tan ajetreado? Encima, siento vergüenza de militar en el partido político responsable precisamente de Educació, Justícia e Interior, del Govern de la Generalitat. Siento profunda vergüenza ante la gestión de todo esto. Creo que los profes deberíamos tener más valor para romper el miedo, el silencio… esa indolencia que nos mantiene con la cabeza gacha ante tanta imposición e ineficiencia.
Abel, no te conocía, pero eras un compañero de peregrinaje. Yo también interino, dando vueltas por Catalunya. Eres nuestro primer mártir. Descansa en paz.
Soy amigo de Abel, de su grupo de toda la vida, he encontrado vuestros textos de casualidad…gracias en su nombre. Nos deja una huella muy profunda y sólo la esperanza de que su valentía impulse un cambio nos puede aliviar algo el dolor. Nuestro héroe particular se ha convertido en el héroe de todos pero siempre lo fue…
Oscar:
Abel, tu amigo, si fue un héroe; en cambio el profesor de gimnasia no. Si quieres te lo explico. Busca mi nombre en Internet y contacta conmigo. Yo soy profesor CQP en Matemáticas. Un saludo e investiga por qué pudo pasar ese suceso…
Oscar me alegra encontrar a una persona cercana a Abel. Poco puedo añadir a todo lo expresado desde esta página. Hago propios todos esos sentimientos. Sólo te pido que, si puedes, la muestres a su familia y a todas las personas de su círculo más próximo. Da un fuerte abrazo a sus padres que seguramente inculcaron en él los valores demostrados en su acción. Era joven pero su trabajo ha sido amplio por la cantidad de colegios o institutos por los que ha pasado. En todos esos alumnos ha dejado su huella y seguro que, si les llega la ocasión, ellos también saldrán a socorrer a quien lo necesite. No lo hemos conocido en persona. Pero nos ha dejado claro cuáles eran sus principios. UN ABRAZO. D.E.P
Coincido con todo lo expuesto, he encontrado esta página tras una intensa búsqueda en la que me costaba creer que la vida de un compañero acabara de esta forma y nada se mencionara de él, únicamente preocupación por ese “pobre niño”, sin importar cómo puede sentar eso a familiares y amigos de la verdadera víctima, algo que pienso debería haber valorado ese profesor de gimnasia al realizar determinadas declaraciones si han sido tal y como se han publicado. ¡Qué lástima de sociedad!, mañana nos podría pasar a cualquiera de nosotros, y nada, todo seguiría igual, no somos capaces de movilizarnos por nada, y me incluyo.
¿Quien era el maestro de Max P? ¿El profesor de gimnasia y campeón de artes marciales y kick boxing? Entendido. Todo cuadra. Inteligente, sensible, que estaba siendo acosado…
Un saludo
Llevaba días “rumiando” una entrada sobre Abel y me ha costado mucho acabarla: http://queduquequeducuando.blogspot.com.es/2015/05/por-que-no-mantener-abierto-el-debate.html
Tu entrada, Jordi, fue sin duda una de las más coherentes que leí durante los primeros días.
Pasado el sensacionalismo, ojalá mantengamos un debate constructivo para prevenir y actuar si algo así vuelve a suceder.
Un saludo.