Hoy, en nuestra aplicación OVIDOC, los docentes de la Comunidad Valenciana hemos podido conocer el nivel de competencia digital que, según los datos que obran en el Servicio de Formación del Profesorado, tenemos. Datos que se refieren a ciertos cursos que, por lo visto, acreditan fehacientemente la competencia digital de los docentes valencianos. Bueno, fehacientemente, fehacientemente…

A mi mujer le aparece lo siguiente. Pongo su caso porque, aunque el mío también es flagrante, al igual que también lo es la nula certificación de los docentes de Informática de mi Comunidad, el suyo es un ejemplo para que entendáis el asunto.

Pues bien, parece ser que tiene el nivel A1 en Competencia Digital Docente (CDD) y le faltan horas o áreas para conseguir el nivel A2. Procede a descargarse el informe completo de CDD y le aparece lo siguiente.

Le aparecen las áreas que no tiene superadas y los cursos de formación que le han valido para obtener competencia digital en el área 1 (faltándole otras áreas para obtener el A2). Y ahora viene la sorpresa. Mirad el título de los cursos…

¿Geografía Humana de España para las EBAU para adquirir competencia digital? ¿Tutorización de alumnado en prácticas? Es para mear y no echar gota.

Y ya si vemos qué requisitos hay para conseguir las áreas que le faltan para obtener el nivel A2, si no fuera porque ya algunos nos tomamos a cachondeo estas cosas (aunque cuesten mucho dinero público), sería para coger a todos los que han participado en este desaguisado en mi Comunidad o en el desarrollo a nivel INTEF de las competencias digitales y ponerlos de patitas en la calle.

Que sí. Además cortan varios aspectos de las diferentes áreas. Ni poner el PDF en condiciones. Joder, es que cuando lees que «el empoderamiento del alumnado» o «el bienestar digital» tienen que ser funciones del docente para acreditarse digitalmente, ya no sabes qué mente calenturienta está tras ciertas cosas.

Perdonadme que os diga. Esto de la certificación de la CDD es solo un despropósito que ha servido para que muchos lleven más de un año redactando esta basura y que, por desgracia, no va a servir para nada. Bueno, para que algunos se lleven una pasta ofreciendo la posibilidad, al igual que sucede con los cursos de certificación de idiomas, de certificar a los docentes. Y que otros pierdan el tiempo elucubrando cosas sin ninguna utilidad real en el aula.

Mira que podía haber comprado la CDD si se basara en el uso y aprovechamiento de herramientas y recursos dotacionales. Mira que podía haber comprado un modelo para mejorar la competencia digital, tanto de docentes, como de alumnado y familias, pilotado por especialistas en los centros educativos. Solo con que alguien hubiera hablado con alguien que da Informática en cualquier centro, podría haber establecido un modelo curricular para el aprendizaje del alumnado que fuera habilitante digitalmente. Pero, como ya sabéis, hay cosas que no sé el porqué, se hacen con el culo. Y ésta es una de ellas.

Creía que había entrado en un período zen pero, sinceramente, después del cabreo de hoy, todavía hay cosas que me encienden.

Finalmente, un solo detalle… ¿sabéis qué Comunidad ha certificado digitalmente a sus docentes sin tener ningún Decreto que regule el cómo hacerlo, las equivalencias o el modelo para hacerlo? Sí, la Comunidad Valenciana.

Como estoy haciendo en los últimos artículos, os recomiendo mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel). Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos sobre educación este curso. Además, adquiriéndolo ayudáis a mantener este blog.


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