Seguramente más de uno asociará la carga horaria de las asignaturas a nivel curricular con el precio que se paga por ella. A más horas de una asignatura, en principio más coste. El problema de hacer esta relación es que, en ocasiones, esa carga horaria va en beneficio del aprendizaje del alumnado y, según los datos de las propias organizaciones económicas que gestionan el cotarro (entre ellas la OCDE), por cada euro invertido en ellas se puede llegar a obtener tres euros en el futuro. El problema es que, en el caso del sistema educativo de nuestro país sí que tenemos una asignatura que, a partir del curso que viene, con la aplicación de la LOMLOE vuelve a ser un pozo sin fondo. Estoy hablando, por si no conocéis las interioridades del entramado educativo, de la Religión. Religión Católica que, en algunas Comunidades se complementa con otras (más dispendio).
La nueva Ministra de Educación y FP que, por cierto adelanta por la derecha todas las barbaridades que han hecho sus predecesores (sí, ha hecho bueno a Wert… ¡ojalá volviera! y no lo digo de coña), ha dicho (fuente) que a partir de la LOMLOE la Religión vuelve a tener una alternativa no evaluable en la que NO SE PUEDE HACER NADA. Sí, debemos mantener esas horas de catecismo o de poner vídeos piratas en el aula, con una alternativa en la que debemos dejar al alumnado jugar al parchís, hacer avioncitos de papel, rascarse la entrepierna o joder al docente que, en esa asignatura espejo sin carga curricular, va a tener que estar aguantando. Sí, por cada hora de Religión debemos pagar, aparte de la hora de un «catequista» contratado por el obispado, la hora de un especialista. Y recordemos que estas horas de guardería van en detrimento de horas de avanzar materia y aprendizaje para los chavales. Ni tan solo se plantea contratar monitores de tiempo libre. Se va a coger a profesionales de la docencia para que vigilen a los chavales procurando que mientras sus compañeros están dando Religión no aprendan nada. Como he dicho antes si además de la Católica se ofrece otras de las reconocidas, nos podemos encontrar que el precio de esa hora inútil se multiplique por un «catequista», «un evangelista» y «un imán». Total, cuatro horas que vamos a pagar entre todos para mantener la Religión en horario escolar porque, en lugar de quitar religiones, lo que hacen para ser inclusivos es metérnoslas todas.
A partir del curso que viene tenemos vuelve la asignatura más cara de nuestro sistema educativo con todos sus sabores posibles. Un detalle por si nos os ha quedado claro, si hay un docente cubriendo la alternativa de parchís (o del sueño reparador del alumnado) es una hora menos que ese docente puede dar clase. Pero bueno, como he dicho siempre, esto ya pasaba antes y tampoco se ha muerto nadie. Si podemos pagar un sueldo público a determinados Consejeros de empresas públicas privatizadas, podemos seguir tirando el dinero en estas cosas. Que total, si el alumnado no aprende nada, mejor para los que mandan. Así se perpetuarán en sus sillas cobrando un jugoso salario procedente de los impuestos de todos. Y mucho mejor invertir en dar Religión que en reducir ratios, mejorar infraestructuras o formación inicial del profesorado. Dónde va a parar.
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