Por ahora los puentes no se caen. Empezamos a construir túneles por los que no pasan trenes pero, por suerte, son actualmente casos aislados. El problema es que, al final, cuando no exista nadie capaz de diseñar esos túneles por los que pasen los trenes o, simplemente sea capaz de leer una noticia por ella misma y juzgarla, sin caer en el relato abreviado y dirigido que le dan los de arriba, será tarde.
Dejadme introducir, antes de empezar el desarrollo argumental, el concepto de necio. Y su extrapolación a la educación. Un necio es alguien que, por pura ignorancia e incapacidad, insiste en los propios errores o se aferra a ideas o posturas equivocadas. Sucede (no solo) en el ámbito educativo. Especialmente en ciertos discursos macro, plagados de palabras vacías como pueden ser competencias o situaciones de aprendizaje. Palabras que generan un relato para un aquelarre en el que, al final, un macho cabrío (léase gurú), dicta sentencia con sus planteamientos de pedagogía rancia.
Por tanto, tenemos necios haciendo leyes. Necios publicando investigaciones educativas en las que defienden que «las evidencias solo interesan a los políticos» y que «los datos no sirven de nada». Necios defendiendo la codocencia y ahora llorando amargamente porque, en los futuros planes de estudio de Magisterio, quitan la didáctica de las matemáticas. ¿No habíamos quedado en que todos podíamos dar de todo? ¿No estabais, hace nada, defendiendo que en la ESO, el profesor de Matemáticas pudiera dar Biología? Es que el discurso de esos necios es un poco contradictorio. Pero bueno, ahora les van a quitar horas de docencia de lo suyo. Y ahí todo el mundo, cuando le quitan las cosas del comer, acaban moviéndose. El alumnado, como siempre, el justificante para sus cuitas que, al final, son puramente personales.
Los necios se reproducen cual cucarachas en terreno abonado para ello. La LOMLOE ha permitido que, alguno de esos necios, tuviera base legal para abanderar sus sectarismos ideológicos. Es que cuando hay leyes de mierda, publicados por cuatro soplagaitas y defendidas solo por los que tienen una determinada ideología en la cabeza, tenemos un problema. No solo pasa en educación. No creo que haga falta dar ejemplos.
En una Arcadia ideal podríamos comprar ideas de fundamentalistas como Vygotsky, Freinet o la propia Montessori. El problema es que tenemos alumnado real. Tenemos problemas mentales in crescendo en los centros educativos. Y, por mucha inclusión y coeducación, un problema importante de deriva hacia absolutismos por parte de nuestro alumnado. Algo que deberíamos tener en cuenta.
No es de recibo que la mitad del alumnado llegue a la ESO sin saben comprender un texto medio complejo. No es de recibo que la función de la escuela se convierta en algo puramente asistencial. No es de recibo que nadie evalúe nada de lo que está pasando y que, en caso de hacerse esas evaluaciones, se hagan mediante encuestas que no sirven de nada y que se contestan al tuntún. Eso sí, el caldo ideal para todos aquellos necios y vendehúmos de ciertas cosas en educación.
En educación estamos gobernados por un aquelarre, mezcla de incapacidad y de buenismo. Necios dirigiéndose a necios. Necios trasmitiendo el discurso de otros necios. Necios creyéndose que lo que le dicen otros necios, a pesar de que el aula les diga otra cosa, compran determinadas certezas inciertas.
Actualmente, como decía alguien en quien confío, tanto por su capacidad como por su experiencia, estamos inmersos en un aquelarre pedagógico. La suerte es que, como todo es cíclico, se trata de un período puntual. Que se está haciendo largo pero, como siempre sucede, habrá quienes se libren de la quema intelectual porque, al final, cuando los libros se queman o reescriben, acaban generando un movimiento de personas que vuelven a escribirlos. O se escriben otros mejores.
Disfrutad del domingo. Yo seguiré con mi sesión de chapa y pintura del bajo. Un bajo, por ahora, ingobernable. Pero todo se andará. Y si no, siempre me quedará la paella de hoy.
Como estoy haciendo en los últimos artículos, os recomiendo mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel) o en ese pop-up tan molesto que os sale. Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos sobre educación este curso. 😉
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