En el día de ayer se liberó, para los suscriptores (¡gracias por creer en el proyecto!), el primer capítulo del nuevo libro «Educación 6.9: fábrica de gurús» que, mediante un sistema especial de crowdfunding (mediante suscripción en diferentes niveles) va a ver la luz en el primer trimestre del curso que viene. Se trata de un libro que, de forma irónica y soez, intenta describir la situación actual de la educación y hacer reflexionar acerca de ciertas cosas que nos están vendiendo.
Si los gurús pueden ponerse a pontificar acerca de la educación en determinados púlpitos, siendo aplaudidos por seres supuestamente racionales que se dedican a la docencia, ¿por qué no puedo yo escribir un libro acerca de gurús? Bueno, más que acerca de gurús, acerca de la incoherencia del «modelo gurú». A estas alturas de la película algunos estamos muy hartos de tanto vendemierdas, tanta solución mágica, tanto palafrenero de pedagogías chuscas o, simplemente muy necesitados de volver a bajar al pilón para realizar una correcta relación con el mismo. Es por eso por lo que escribo este libro. Por esto y por la pasta.
Hablando de pasta y modelo de publicación, he vuelto a elegir mantenerme al margen de las editoriales porque, como siempre he dicho, publicar para terceros es plantearte una manera de escribir mediante algunos cortapisas impuestos. Y hablar de penes, vaginas, bondage, lluvia dorada o asoleamientos anales en un libro sobre educación, tiene poco de cabida en un libro comercial al uso. En este caso, a diferencia de mis anteriores libros (que podéis encontrar en formato digital aquí y que, si rebuscáis un poco por la red, seguro que podéis pillar gratis), sí que tiene un coste previo para poder realizar su lectura. Además, como innovador de pata negra que soy, nada mejor que reinventar un modelo de suscripción mediante tres niveles diferentes: un nivel para poder leer los capítulos y sus revisiones conforme se vayan publicando, otro para poder hacer lo anterior y tener el libro en formato digital cuando finalice su escritura y revisión y, finalmente, una fila cero para aquellos que, aparte de leerlo, queráis aparecer en los créditos del libro. Y todo a partir de la friolera de menos de un litro de gasolina. A precio de ahora; no del de cuando las petroleras en nuestro país eran públicas.
Aquí podéis suscribiros y participar en el crowdfunding de este nuevo libro. Repito, como he dicho a muchos que me habéis preguntado… se paga la suscripción solo una vez y durante seis meses podréis leer todos los capítulos y, además a partir del segundo nivel, podréis descargaros el libro en formato digital (tanto en epub, mobi, pdf o para kindle). Es más segura la pasarela de pago que la de Tinder, Grinder o la de Only Fans. Así que por ello no os preocupéis. Además hay una plataforma intermedia de pago localizada en Andorra. Bueno, va a ser que no, pero lo de mencionar Andorra, como ahora está de moda, nunca está de más. También tenéis una página en el blog donde poder hacer comentarios sobre los capítulos que vayáis leyendo, expresar dudas acerca del modelo de suscripción y, en la que os informaré de diferentes novedades.
Ya veis que os estoy dando un poco la turra con el libro. No lo hago para el Ferrari (aunque no estaría mal poderme comprar el tercero, gracias a los pingües beneficios que saqué de mis dos primeros libros y lo que, seguramente voy a sacar de este). Lo hago porque tenía ganas de escribir algo diferente, para mayores de dieciocho, relacionado con la educación. Un libro dadaísta y muy porno. Sí, repito, muy porno. Es lo que os decía al principio acerca de poder hacer lo mismo que un gurú. Además, lo del porno me permite hacer igual que los curas: hablar de sexo desde la distancia.
Para incentivaros a que os sucribáis, tan solo unas líneas del primer capítulo, titulado «De la educación 1.0 a la educación 6.9» que publiqué ayer y ya tienen disponible los suscriptores…
Hace algo más de una década se empezó a acuñar el concepto de educación 2.0 para referirse a prácticas educativas, ejercidas por docentes “innovadores”, mediadas por las TIC. El culmen de dicha nomenclatura se estableció con la distribución de portátiles a manos llenas por parte del Ministerio de Educación en un proyecto denominado “Proyecto Escuela 2.0”. ¿Mejoró la educación? No. ¿Modernizó la educación? No. Entonces, ¿Por qué tanta alforja para tan corto viaje? Negocio, mercado y pastel. Una tríada que, por lo visto, ha venido para quedarse en un modelo educativo plagado de designios económicos. Designios que se traducen en que sea todo más bonito, más mediatizado, más caro y mucho más complicado para hacer lo mismo. El ponerse tetas, aumentarse el tamaño del pene o cultivar niños en cuerpos ajenos para satisfacer falsas necesidades creadas por los designios del mercado.
(…)
La realidad es que no existe una educación unidireccional en las aulas del presente, por mucho que algunos intenten vender o demostrar mediante bulos su existencia. No existen tornillos con métrica determinada. No existe un método apriorístico independiente del contexto. Lo que hay son miles de alumnos con miles de necesidades específicas. Y ahí entra la habilidad, forjada por años de experiencia y formación, del profesorado que se halla delante suyo. Es algo tan sencillo de entender como minusvalorado por los vendedores de recetas mágicas, gurús de tarima unidireccional y creadores de conceptos interesados, normalmente acabados en una maravillosa terminación inglesa. El alumnado no es alumnading ni quiere que le tomen el peling. Son muchísimo más inteligentes que la consideración de los números sexiguarristas quieren otorgarles.
Si con lo anterior no os incentiváis a suscribiros, ya no sé qué puedo hacer. Salvo, claro está, sortear unos gallumbos usados del día de ayer (de temperaturas tórridas) que, a estas horas todavía no han pasado por el período de lavado. Eau d’homme. Bueno, eau de futuro gurú.
Insisto: al no tener editorial detrás, ni empresa de mercadotecnia, ni charlas contratadas para venderos lo que escribiré, me tocará, cada cierto tiempo, daros la tabarra por aquí y por Twitter. Es lo que hay. Bueno, es lo que he elegido. Con lo cómodo que hubiera sido para mi bolsillo aceptar alguna de esas ofertas para escribirlo. Pero bueno, los que me conocen, ya saben que me gusta hacer las cosas de la forma más difícil que se puede. Es lo que tiene ser un mercenario de la tiza totalmente vacacional. Y muy sexy, claro está.
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