Me gusta siempre hablar de cosas que conozco. En este caso creo que, después de haber perpetrado en la última década cerca de un centenar de webs (para mí, a nivel profesional o, simplemente, para amiguetes), puedo dar algún consejillo para montarla. Eso sí, como siempre os digo, todo lo que escribo aquí es más producto de la experiencia que de otra cosa y, al final tiene mucho que ver con mi concepción acerca de lo que supone el concepto de «web educativa».

¿Qué entiendo por una web educativa? Pues, en principio creo que deberíamos considerar una web educativa toda la que tenga una temática relacionada con el ámbito educativo. Se puede tratar desde una web en la que un docente cuelga sus materiales de clase, hasta llegar a una página web de una academia o de una empresa que ofrece servicios educativos (incluyendo asesoramiento o venta de productos digitales). Un abanico muy amplio que, como he dicho anteriormente, tiene como nexo de unión el ámbito educativo en todas sus acepciones.

Mi primer consejo es que os toméis en serio la creación de la web adquiriendo un dominio (un nombre .com, .es, …) y un alojamiento. No recomiendo nunca la creación de una web que nos ofrecen gratis algunos servicios (como blogger, wordpress.com, sites o wix) porque lo gratis tiene un problema: si no cuesta dinero, uno no le dedica tanto «cariño» como lo haría si anualmente tuviera que pagar una pequeña cantidad. Incluso que solo sean unos 30 euros al año, que es el precio que ofrecen algunas empresas por dominio y hosting, ya te sientes más obligado a mantenerlo que si montas algo de forma gratuita. Y, por favor, nada de proyectos web cortoplacistas porque, sinceramente, lo de montar webs para algo que dure muy poco en el tiempo, salvo que sea una información relevante que deba difundirse por algún hecho puntual y que «obligue» a crear una web, no tiene mucho sentido.

Os recomiendo también que, salvo que seáis unos frikis, lo hagáis todo muy sencillo y os cojáis alguna plantilla prediseñada de esas gratuitas. También, en caso de optar por WordPress como gestor de contenidos para vuestra web, os recomiendo que uséis algún constructor dinámico «para torpes» como puede ser Elementor, Beaver Builder o Divi. Los bloques de arrastrar y colocar son muy intuitivos. Otro tema es que tengáis la concepción de diseño muy estropeada y seáis incapaces de ver que las webs tienen que ser atractivas para el que las va a leer (pocos colores chillones, posibilidad de verse correctamente en los teléfonos móviles -y en cualquier plataforma- y combinación de texto e imágenes adecuada). Usad imágenes libres o Creative Commons. No pirateéis contenidos. Haced contenidos originales o buscad algunos cuyo autor los haya puesto en dominio público para que los podáis usar y compartir siempre que mencionéis la autoría.

No creéis muchas páginas. Coged la página inicial y dedicadle tiempo para ver qué es lo que queréis que los demás sepan de vosotros, de vuestros productos o servicios. Es importante tener una página principal fija y estática, salvo que pretendáis crear, como he hecho yo, un blog para hablar de muchas cuestiones (entre ellas, y transversalmente, de educación ya que, por desgracia, era hablar de educación o de sexo y, aunque vende más lo segundo, tampoco quería daros envidia).

Si sois varios trabajando en un mismo proyecto, intentad que las actualizaciones en contenidos de la web pasen por varias personas. Dejad como administrador solo a un usuario (o a un par) pero asignad permisos al resto de «facilitadores» de la misma. Entre varios los proyectos web salen mejor. Más aún si la idea es hacer un proyecto colaborativo en el que intentéis conseguir una interesante masa crítica. Recordad que, aunque no guste reconocerlo, la gente tiene otras cosas que hacer que colaborar en vuestras webs o proyectos educativos. Es por ello que, salvo que tengáis «un nombre» o les «ofrezcáis beneficios variados», muy pocos van a echaros una mano. Así pues pensad en que, salvo que sea para hacer negocio, la web la vais a acabar llevando solos. Al principio siempre hay un boom de gente interesada y, posteriormente, todos abandonan por varios motivos. Cuesta mucho enganchar a un proyecto a medio plazo.

Tened claro de qué va a ser vuestra web. Dibujadla en un papel con lápiz (o bolígrafo). Intentad delimitar a qué público va destinada (no es lo mismo hacerla para alumnado que para familias y/o docentes). Ponedle un toque personal y hace que se distinga de las otras miles que pululan por ahí, cogiendo ideas y adaptando cosas que os hayan gustado. Trabajad, antes de ponerla en producción (para que la vea todo el mundo), en modo oculto para los visitantes ya que, cuando se lanza, todos los cambios grandes van a ser complicados de efectuar. Y, cada cierto tiempo, hacedle un lavado de cara para rejuvenecerla a nivel estético (aunque no variéis el contenido).

Hay mucho por analizar antes de ponerse como locos a hacer una web educativa. Algo que no excluye que, una vez creada, os dé ilusión verla publicada online y accesible desde cualquier parte del globo. Un pedacito digital que, especialmente si no se trata de un negocio, os hará ilusión ver y que vean. Además, al principio os hará mucha ilusión tener las primeras visitas porque, de ego aunque no lo queramos, todos tenemos un poquito.

Unos consejos muy inconexos de alguien que disfruta haciendo webs y viendo cómo quedan. Suerte con la/s vuestra/s. Os prometo que engancha. Y siempre tenéis la posibilidad, en caso que os digan que no gusta, decir que es mucho más bonita, funcional y barata que la de Renfe 😉


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