La verdad es que me había planteado escribir un post para reírme de la profusión de vocablos, junto con las siglas, que han proliferado dentro de la educación. El problema es que, como digo siempre, las redes sociales están plagadas, por suerte, por una minoría minoritaria de docentes. Y, es por ello que seguro que más de uno, antes de ponerse a naufragar en ellas o, totalmente descolocado al ver un lenguaje más parecido a una secta que a otra cosa, prefiere mantenerse en segunda o tercera línea. Vamos a ser claros, con tanto flipped, ABP, ABN o inteligencias múltiples, estamos haciendo complicado lo que debería ser mucho más sencillo. Algo que espero poder solucionar en parte con este post donde, por desgracia para algunos que disfrutan con lo anterior liando al personal y considerándose parte de una excelsa casta, voy a escribir el argot educativo 2.0 para dummies. Sin pelos en la lengua, claro está. Por cierto, nunca he conocido a nadie con pelos ahí. Debe de ser un engorro que, aparte de ir al peluquero cada cierto tiempo, debas pasar la maquinilla por encima de las papilas gustativas.

Allons-y o zarpemos como dirían en un blog que, por lo visto al igual que muchos otros, ha muerto por inanición y falta de cariño. Repito, no es un vocabulario humorístico. Es real como la vida misma y las definiciones son las que pueden hacer inteligibles el asunto para profanos.

Aprendizaje cooperativo. Un modelo de trabajo en el que, mediante grupos de 3 a 6 alumnos, se necesita realizar un proyecto de forma cooperativa. No se trata de colaboración, se trata de cooperación al mismo nivel. El gran problema de esto, denominado «trabajos en grupo» de toda la vida es que uno trabaja y los otros se lo miran. O, con suerte, hay dos que trabajan. Por cierto, siempre hay la manía, por determinados motivos, de hacer grupos heterogéneos en este tipo de trabajos pensando que los que van mal se van a sumar al carro con los que van bien. La realidad es que, al final, los que no trabajan en clase, tampoco lo hacen en trabajos cooperativos y acabas extenuando a los que siempre han hecho las cosas bien en el aula. Yo, sinceramente, soy de los que, salvo que los trabajos en grupo se hagan en clase con unas ratios aceptables, los aboliría sin ningún tipo de duda. Tienen más inconvenientes para el alumnado que ventajas. Y lo de trabajar en grupo solo puede hacerse cuando uno ya es mayor y con sus compañeros tienen las mismas (o parecidas) habilidades y conocimientos. Lo de la sociabilización a la fuerza es un timo.

Aprendizaje híbrido. Modelo de aprendizaje en el que coexiste el modelo virtual (mediante EVA -entornos virtuales de aprendizaje- u otras herramientas) con el modelo presencial. Es el modelo que se está usando en muchos centros educativos, ya que tanto para alumnado confinado como para centros que han optado por la semipresencialidad, es la única estrategia factible. Por cierto, no hay un solo modelo de aprendizaje híbrido (también denominado blended learning o b-learning). Se puede implementar de muchas maneras. El único requisito es que conviva la presencialidad con la virtualidad.

Flipped Classoom (o clase al revés). Modelo educativo que consiste en que los docentes realizan vídeos cutres que, según los datos de visualización, a veces no los ven ni sus seguidores en Twitter (ya no digamos su alumnado), que permiten supuestamente dedicar todo el horario lectivo a realizar tareas porque la parte teórica ya la han visto los alumnos en casa. El mejor método para que, después de cinco o seis horas de clase, los chavales acaben odiando la asignatura mediante una mala clase magistral (bueno una clase unidireccional, porque lo de magistral no es eso). Eso sí, en las redes lo venden como lo más. Incluso hay asociaciones de docentes flipped. Y ya no os digo la cantidad de cursos de formación que se montan sobre el tema. Siendo serios, lo lógico sería recomendar tutoriales de la National Geographic o determinados vídeos realizados por profesionales para que ayudaran al alumnado pero, visto el boom del asunto, hay docentes que dedican más tiempo a preparar, confeccionar y editar esos vídeos que a mejorar su competencia profesional. Eso sí, en el siguiente vídeo os lo venden muy bonito pero recordad que NADIE aprendió idiomas con los métodos de Planeta Agostini.

Gamificación. Entrega de muñequitos digitales o insignias al alumnado por haber realizado una determinada tarea con éxito. Se usa también para valorar la participación del alumnado y, cómo no, para establecer un modelo de premios y castigos en función de lo anterior. Lástima que casi nadie se haya leído ningún libro sobre el uso de estrategias de juego en educación y entienda que gamificar el aula no consiste en lo anterior. Ni tampoco en jugar con los alumnos. Gamificar el aula es mucho más exigente que todo lo anterior y muy poca gente tiene el conocimiento teórico a nivel matemático para poder establecer ese patrón de diseño. Pero tampoco no les vamos a quitar la ilusión a la mayoría de los que dicen que gamifican y, por desgracia, lo único que están haciendo es llevar el «ludus» a su máxima expresión. El Aprendizaje basado en Juegos (ABJ) es algo que muy pocas personas en nuestro país pueden llevar a cabo en las aulas. Por cierto, en el vídeo que os enlazo aquí hay una frase fantástica… «gamificar no es usar una plataforma que nos ofrece una editorial o que nos viene prefabricada, es hacer algo que se adapte a nuestro alumnado y que sea única» (lo he adaptado un poco). No, usar juegos en el aula sin más no es gamificar.

Inteligencias múltiples. Modelo inventado o, más bien mediatizado, por Gardner, en el que nos habla de la existencia de varios tipos de inteligencia. El problema es que incluso Gardner, para seguir vendiéndolo, tuvo que rehacer el modelo e inventar nuevas inteligencias. Inteligencias que no son tales como constructo y sí que pueden estar relacionadas con las habilidades. Eso sí, el determinismo que subyace al creer que uno es bueno o malo en alguna cosa por el hecho de tener predisposición genética (sea a nivel de inteligencia, raza o sexo) tiene mucho de preocupante. Claro que hay alumnos a los que se les da mejor el deporte que a otros. También a otro grupo de alumnos se les da mejor las matemáticas o el dibujar. Eso es algo que viene determinado mucho por el contexto. ¿Habilidades innatas? A mí me preocupa un poco y, al igual que la mayoría de cuestiones relacionadas con la educación, la ventaja y desventaja para los que nos venden bulos y los que los compran, es que la educación no es una ciencia exacta. Ni tampoco a nadie le interesa hacer un análisis científico (o con criterios científicos) de la existencia o uso de determinadas cuestiones. En el siguiente vídeo se ve claro que el tema de las inteligencias múltiples es algo muy inexacto pero, por desgracia, tiene demasiados palmeros.

Método ABN (algoritmo basado en números). Un modelo matemático para operaciones básicas que consiste en descomponer los números tal y como le dé la gana al alumno para que, de la forma que considere, elija su camino. Sí, tipo elige tu propia aventura con un único final. Un método que, tal y como se muestra en el siguiente ejemplo, complica los rudimentos matemáticos básicos hasta el infinito. Hay cada vez más centros que han optado por este método. Algo muy relacionado con la falta de conocimientos matemáticos de muchos Claustros o directores que imponen, a sangre y fuego, estos métodos que, como metodología única son siempre un error pero que, para dar alguna clase y explicarlo, tampoco pasa nada.

Método ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos). En la metodología ABP los alumnos llevan a cabo un proceso de investigación y creación que culmina con la respuesta a una pregunta, la resolución de un problema o la creación de un producto. Vamos a ver, un proyecto de toda la vida que se hace con el alumnado y que, al final acaba convirtiéndose en la creación de una situación que deben resolver y la entrega de la documentación y/o el producto final. Lo que en Tecnología, desde que existe la asignatura, se ha hecho toda la vida, pero sin siglas. Bueno, también lo hice yo en pretecnología de sexto de EGB y en otras asignaturas. Eso sí, ahora en moderno e incluso con rúbricas. De las rúbricas hablaremos en su apartado correspondiente. Dos variantes de este modelo son el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y el Aprendizaje Basado en Retos (ABR). Más nombres para decir lo mismo.

Metodologías activas. Todas las metodologías que impliquen la intervención del alumnado. En definitiva, todas las metodologías son metodologías activas. Eso sí, a algunos les interesa diferenciar lo que supone metodología activa de una metodología que, al final, dista mucho de permitir la intervención de los chavales. La verdad es que, a día de hoy tengo mis dudas del concepto porque, por lo que estoy leyendo, meter un Kahoot es metodologías activas, mientras que establecer un debate con el alumnado después de una fantástica intervención del docente, es una metodología pasiva o trasnochada. Recordemos que las metodologías activas aparecen en los títulos de muchos cursos de formación para el profesorado y acaban siendo el rollo más rollazo de cualquier mala clase. Además, no sé el porqué los que defienden la existencia de esto como contraposición a otra cosa, son los docentes que menos conocimientos y saberes tienen de su asignatura. Debe ser casualidad.

Rúbrica. Se trata de una tabla en la que, bajo unos criterios determinados y otorgando unos valores a los mismos, se permite que el alumno sepa de qué va a ser evaluado. La idea está muy bien. El único problema es que el 99% de las rúbricas en etapas obligatorias no sirven y están copiadas de internet. Saber diseñar una rúbrica no es fácil. Saber establecer unos criterios de evaluación, aún menos. Pero ya lo que es surrealista es que los docentes se quejan de la burocracia y se ponen a diseñar rúbricas como locos. Algo no me cuadra.

Visual Thinking (o Design Thinking). Consiste en establecer una estructura de trabajo mental (representar ideas) mediante el uso de imágenes. O, simplemente, usar imágenes para explicar o comprender alguna cosa. A ver, los esquemas de toda la vida con dibujitos pero en versión siglo XXI. Ya, podría haberlo desarrollado mejor pero estamos hablando de argot para dummies y, simplemente se trata de entender cuando os hablen de esta palabreja a qué se están refiriendo. El Design Thinking es más para temas industriales.

Me he dejado en el tintero muchas definiciones que, seguramente todos aquellos interesados en entender la jerga, en ocasiones ininteligible, que algunos usan en las redes sociales o se venden en los cursos de formación, tienen ganas de conocer pero, sinceramente creo que esta primera versión ya puede ayudarles a saber a qué se están refiriendo cuando se habla de ciertas cosas. Sí, prometo que habrá más partes.

 


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