Al igual que, pudiendo, no he certificado a día de hoy mi competencia en inglés, tampoco voy a certificar mi competencia digital. No lo voy a hacer porque no crea en la necesidad de que los docentes debamos ser competentes en el uso y gestión de herramientas y dispositivos digitales. No lo voy a hacer porque no crea en la necesidad de saber estrategias metodológicas mediadas por las TIC. Lo hago porque no creo que se esté haciendo bien el proceso de certificación y, además, creo en que deberíamos hacer otro tipo de propuesta, más allá de la realización de cursos de nulo valor, con unos contenidos hechos entre cazalla y cazalla, impartidos por los mismos de siempre (los que te imparten X, siempre acaban impartiendo, aunque no tengan ni pajolera idea de X o de Y, Y) y, con un modelo de acreditación/certificación, que dista mucho de tener ningún tipo de utilidad para nuestro alumnado.

Pues bien, como no quiero enrollarme mucho, voy a enumeraros, aunque ya os he hecho algún espóiler, los diez motivos por los que no voy a certificar mi competencia digital docente.

  1. Considero que los criterios que establecen los diferentes niveles de competencia digital docente publicados en el BOE (enlace) no tienen ningún tipo de sentido. Los indicadores de logro son auténticamente surrealistas y, por desgracia, lo de las afirmaciones sobre el desempeño de los niveles es demasiado parecido al lenguaje enrevesado de la LOMLOE. No hay nadie que pueda entender lo mismo de lo que han escrito.
  2. El modelo de competencia digital docente es innecesario porque, al final, son los docentes lo que ya procuran encontrar las mejores estrategias y recursos (incluye la parte digital) para su aula. Además, en el caso de las herramientas que nos suministra la administración para gestionar el aula, al ser obligatorio su uso, ya nos preocupamos de saber utilizarlas. Eso sí, ¿por qué tanto curso de competencia digital y casi ningún curso para aprender a usar las herramientas de que nos dota la administración?
  3. Los exámenes que he ido viendo en algunas Comunidades, para certificar determinados niveles, no tienen ningún tipo de sentido ni coherencia. Evaluar la competencia digital docente solo con exámenes tipo test o preguntas cortas es totalmente surrealista.
  4. No hay ningún tipo de retroalimentación en cursos masivos dirigidos a miles de docentes. En el caso de tratarse de cursos online, más baratos para la administración y, por ello, los más usados para certificar los diferentes niveles de competencia digital, lo único que se necesita para ir superando los diferentes niveles es conseguir las respuestas de tus compañeros. Y la obsesión de algunos por certificarse de todo y hacer cursos de todo hace que dicho intercambio de respuestas sea habitual.
  5. Los formadores elegidos para formar a sus compañeros no tienen, salvo contadas y honrosas excepciones, ningún tipo de formación académica sólida en cuestiones digitales. No tiene ningún sentido que haya maestros de Educación Física formando a profesores de Informática. Es que no tiene ningún sentido. Uno no puede formar a alguien que sepa más que él.
  6. Nadie sabe a día de hoy para qué sirve tener acreditada la competencia digital docente. Salvo que se saquen de la manga algún punto extra para concurso de traslados o crear alguna plaza con perfil, teniendo un determinado nivel de competencia, no tiene ningún valor. Por cierto, lo de los perfiles, acaba siendo una gilipollez que solo sirve, en Cataluña, para meter a dedo a los tuyos o para tener impartiendo Lengua Castellana a uno que tenga la competencia en inglés. Y no nos olvidemos de los que dan Historia de España en inglés. Eso ya es otro nivel.
  7. Lo de la competencia digital se está haciendo para que haya determinadas empresas que puedan aumentar su beneficios ofreciendo esa formación porque, tal y como se está viendo en algunos despliegues, se reconocen títulos de empresas o universidades privadas, para convalidarlos por determinados niveles de acreditación.
  8. No tengo nada claro que uno sea un mejor docente por tener o no una acreditación en competencia digital. ¿Alguien cree que tener un nivel C1 en competencia digital hace que pueda dar una clase en mejores condiciones y que su alumnado aprenda más? ¿Hay alguna evidencia de ello? Si no hay evidencias de la mejora que supone para el aprendizaje del alumnado, ¿por qué tanto interés en capacitar en ciertas cosas al profesorado?
  9. El coste de oportunidad que supone formarse o, simplemente, certificarse en competencia digital es tiempo que se detrae de otras cosas. Y, al menos para mí, es mucho más importante preparar clases que dedicarme a certificarme en algo a lo que no veo ninguna utilidad (tal y como se ha desarrollado el asunto).
  10. Es un sinsentido que, tal y como está sucediendo, estén suspendiendo la acreditación en competencia digital a docentes que llevan décadas usando y trabajando con las TIC en el aula de forma exitosa.

Seguramente me he dejado algún punto más en el tintero. Pero bueno, ya sabéis que podéis completarlo dejando vuestro comentario. O también podéis, como siempre digo, criticar cualquiera o todos los puntos que he comentado anteriormente porque, visto el silencio ominoso de la mayoría de docentes en este aspecto, acudiendo como corderitos a certificarse en competencia digital, seguramente sea yo el que estoy equivocado. O eso o, simplemente, hay amenazas veladas por parte de la administración diciendo que… «o te sacas la competencia digital o no podrás estar en determinadas plazas o sacarte la oposición». Eso sin olvidar a los compañeros que creen en que esa acreditación les va a hacer mejores docentes.

Finalmente algo que no quiero dejar en el tintero. Mira que podía haber comprado la competencia digital docente si se basara en el uso y aprovechamiento de herramientas y recursos dotacionales. Mira que podía haber comprado un modelo para mejorar la competencia digital, tanto de docentes, como de alumnado y familias, pilotado por especialistas en los centros educativos. Solo con que alguien hubiera hablado con alguien que da Informática en cualquier centro, podría haber establecido un modelo curricular para el aprendizaje del alumnado que fuera habilitante digitalmente. Pero, como ya sabéis, hay cosas que no sé el porqué, se hacen con el culo. Y esta es una de ellas.

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